Recetas de pulpo
Agosto 2011
El pulpo, además de ser de lo más escurridizo y viscoso, es un animal muy peculiar, con costumbres sexuales que no se pueden citar en esta decorosa web, pero que sorprenden al ser humano desde la antigüedad.
Siempre ha sido bastante maltratado porque se le atribuyen atrocidades calamitosas, aunque exceptuando a Homero, no creo que nadie haya visto a un pulpo merendarse todo un barco con su tripulación incluida. De hecho es un animalito de lo más exquisito en cuanto a sus gustos gastronómicos, ya que solo se alimenta de pescados y mariscos, fresquísimos, claro.
Son más sordos que Beethoven, de ahí que no se les pueda usar como animal de compañía (como afirma el Trivial), pero a cambio tienen tres corazones, algo que a los cardiópatas nos fascina, porque ¿Se imagina usted poder decirle a su cardiólogo? “Esos stents se los va a meter usted por el culo, porque si me falla il cuore prima, pues pongo en marcha el segundo ¿Vale?”
Lo que no tenemos es mucha idea de la cantidad de aplicaciones que tiene este dichoso octópodo, porque desde niños nos han metido en la cabeza que ha de comerse “A feira” o a la gallega, y dale que te pego con el maldito pimentón. Además es mentira, porque el Pulpo a feira no es plato gallego si no leonés, maragato para más datos, y se llama así porque los arrieros aprovechaban las ferias de ganado para encontrarse con sus caravanas y hacer una feria en la que vender sus productos, entre ellos el pulpo seco que traían de Galicia.
En Japón lo comen fatal. Lo cuecen hasta cansarse y luego lo cortan finito para poder masticarlo, porque resulta correoso como un neumático Michelín.
No sé qué gracia encuentran en el sashimi de pulpo, que ni siquiera es un sashimi porque no está crudo, solo está frío e incomible, como la Claudia Schiffer (me refiero a lo de frío).
Por el contrario los griegos saben como tratar con ellos porque les dan unos hervores hasta que se suavizan, y luego terminan de hacerlos a la plancha o la parrilla.
En la orilla adriática, sobre todo hacia el sur, por la zona de Bari, los italianos también lo ponen así y lo anuncian “polpo alla griglia o alla brace”, que no quiere decir a la griega, si no a la parrilla. Están buenísimos y son fáciles de hacer, sobre todo si los compran ya cocidos.
Pero hay otra linea de trabajo que no se suele conocer fuera de Asturias, y es en guisote, bien con patatas o simplemente guisado en un sofrito tradicional.
Prueben estas recetas, verán que mundo se les abrirá.
Y para acompañarlo, si lo toman a la gallega, o sea, “A feira”, lo mejor es un buen tinto de Ribeiro, que los están haciendo de espatarrar, sobre todo los de uva Sousón. Y si los comen guisadotes, pues con un buen albariño va que ni pintado. Sobre todo nada de Verdejos de Rueda, que ya está bien de que nos tomen el pelo.
Mis recetas
En preparación:
Ceviche de pulpo
Pulpo al ajillo