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Angulas para la Mafia

Angulas al pilpil
 
Angulas al pilpil
Publicado en el diario El Progreso, año 1993.

Si hace algunos años a un gallego le hubiesen dicho que un plato de angulas llegaría a valer lo que el salario de un día de trabajo, probablemente le hubiese dado un patatús o hubiese creado un monopolio para la pesca de estos escurridizos pececillos.

Pero las modas son así y un pescado sin apenas sabor y cuyo principal aliciente consiste en intentar comerlas sin abrasarse la lengua y sin mancharse de aceite la corbata, por obra y gracia de los gastrónomos vascos, en apenas unas décadas, se convirtió en el caviar español.

Decía D. Alvaro Cunqueiro: "Agora ata os xaponeses veñen mercala, e en verdade que maís parece o meixón, pola facha, cousa de cociña chinesa ou nipona que europea".
Y es cierto porque en realidad el éxito de su popularidad está en su insipidez y en que muchos comensales que se las dan de finos y no quieren admitir que mojar pan en una buena fritanga de ajos es una gozada, piden este ostentoso plato para degustar únicamente el sabor del aceite con ajos.

Eso sí, los horteras causantes de tal desaguisado se sienten felices por pagar mil duros por una ración de cien gramos a la vez que se dejan ver jactanciosamente por los vecinos de la mesa de al lado, quienes muertos de envidia les desean que se atraganten mientras degustan una sabrosa sardina.

Traficantes maragatos recorren el mundo entero en busca de estos fideos vivientes para que después un cocinero sin escrúpulos los achicharre en una cazuelita de barro cubiertos de aceite y con un balde de ajos y guindillas capaz de anular el sabor de la mas sabrosa pieza del mar.

No es que yo tenga nada contra estos animalitos, es más los encuentro deliciosos siempre y cuando se preparen de forma que se respete su sabor, pero de ahí a hacerles el juego a unos mercaderes que llegan a amenazar a los ribereños para mantener su monopolio mafioso, creo que hay una gran diferencia.

Ya es dificil encontrar en Galicia algún pescador que te venda un kilito para cenar con los amigos, siempre dan la misma respuesta: "No. Estas son para un señor de Ribadesella", o de Aguinaga, o de Madrid, es igual, detrás de todos está siempre la misma mano negra.

Los mayoristas avisan: angula que salga, angula que pasa por nuestras manos y el que no obedezca, no vende una más. Y yo les pregunto a sus leales seguidores:¿Este año que hay crisis van a seguir pagándoles igual que el año pasado o el anterior?

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Escrito por el (actualizado: 10/03/2014)