Restaurante sidrería La Figar

Sería ridículo por mi parte cambiar el texto de la anterior guía ya que esta sidrería sigue igual, igual que hace diez años, o quizás veinte y seguramente así se mantendrá otras varias décadas, porque ni Sindo, ni su mujer, ni sus hijos, ni sus nueras, piensan cambiar nada, ni siquiera bajar el insolente volumen del televisor.

Si es usted profano en la materia, no venga a esta casa, al menos hasta que esté familiarizado con lo que es una sidrería auténtica: Tubos fluorescentes, ruido infernal, serrín por el suelo, manteles de papel, niños limpiándose las manos de helado en los pantalones de un taciturno parrroquiano y esa curiosa mezcla de olores a sidra, tabaco y cocina que nos delatará indefectiblemente al llegar a casa, incluso quizás varios días después.
Y eso es lo auténtico, lo que “presta” a los auténticos sidreros, lo que hace ambiente. Lo tomas o lo dejas, pero no intentes cambiarlo, porque sin duda sería para peor.
Sindo es el chigrero que mas sabe de sidra de todo Asturias, tanto es así que, a pesar de ser mas tradicionalista en sus costumbres que las madreñas, cuando probó una copa de cata AFNOR, se dijo para sí: “Esto funciona” y desde entonces, algo a escondidas eso sí, analiza sus pruebas en ella antes de sacar un palo al servicio.
Su cocina es la que es:, pimientos y cebollas rellenas, algún pescado a la sidra, lacón, quesos supuestamente artesanos y embutidos sin pretensiones, lo justo para acompañar unas cuantas botellas de sidra, eso sí, tan buena, bien cuidada y bien servida, como no encontrarán en ninguna otra parte del mundo.

Además de por sus especialidades o tipo de establecimiento, puede buscar más restaurantes en esta u otra zona pinchando aquí. Y no se pierda los entresijos de esta profesión, nuestra prensa amarilla, pinchando en Dramas y comedias de la Hostelería.