Restaurante La Tabla

En la anterior edición advertí a los hermanos Fernández que no debían pasarse de mariconadas porque los clientes que venimos a esta casa queremos comer y no ver filigranas.

David, hombre consciente a pesar de su juventud, siguió puntualmente mi consejo, o sea, hizo todo lo contrario y cada día les va mejor.
Ya no cabe lugar a dudas, en Fano se hace nueva cocina.
Se acabaron los titubeos, el miedo a perder la clientela de merendero y las mesas familiares de domingo. David y Victor han apostado por la alta restauración y, afortunadamente, les va de miedo, quizás sea el comedor de esta sección que más trabaje.
Es cierto que su comedor no asusta, a pesar de lo bien montado que está, mantiene un cierto caracter rústico que rompe el hielo, eso y el talante de los dueños que, dentro del respeto y la moderación que exige la profesión, saben mantener una fresca relación con los clientes que en gran proporción somos amigos.
Ambos son verdaderos fanáticos de la gastronomía y de los vinos, gastando buena parte de sus beneficios en viajes y compras estrambóticas, por ello no era de extrañar que terminasen haciendo el restaurant a su gusto, mas para disfrutar con el propio trabajo, que por el lucro per se.
Obsesión por la materia prima, sofisticada presentación, preparaciones sencillas, ... muy buen rollo, porque encima, se come bien y abundante.

Además de por sus especialidades o tipo de establecimiento, puede buscar más restaurantes en esta u otra zona pinchando aquí. Y no se pierda los entresijos de esta profesión, nuestra prensa amarilla, pinchando en Dramas y comedias de la Hostelería.