Restaurante El Corral del Indianu

La reciente paternidad ha dulcificado el carácter de este aventado creador a quién su vorágine jugó en el pasado algunas malas jugadas, de hecho ahora su cocina está llena de aromas florales, de matices mas sutiles, de composiciones menos agresivas, aunque mantiene en su carta potentes creaciones que le valieron la fama, como su tremendo pote asturiano desestructurado.

Casi me atrevería a llamarle el Marc Veyrat del Principado, salvando las estrellas, claro y lo que a mí me parece una tomadura de pelo por parte del afamado cocinero alpino, por mucho que la Gault Millau le siga considerando el “Top de la France”, porque eso de darte para comer infusiones de flores, ya me parece excesívo.
José Antonio también usa florecillas silvestres, pero las pone sobre unas deliciosas lenguas de cordero caramelizadas, dentro de una gelatina de tomate con crujiente de albahaca, o perfumando la salsa de cáscara de naranja de ese delicioso rape con berberechos, recién pescado esa mañana en Ribadesella y así, la cosa cambia.
A pesar de todo lo dicho hay que recordar que estamos en el capítulo de Cocina de Autor, el departamento de los genios, la selección de comedores donde uno va mas a experimentar una vivencia intelectual que a comer como Dios manda, de modo que si piensa usted visitar esta casa, no lo haga precísamente después de haber bajado el Sella en piragua.

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