Restaurante sidrería Trabanco

Samuel Trabanco es el mayor, pero sobre todo el mejor, productor de sidra de Asturias y buena parte del extranjero (yo aseguraría que del mundo, pero me da apuro), de ahí que visitar su casa sea una obligación para todo buen aficionado.

Además de todo esto, Samuel es un magnífico anfitrión, por lo que si no anda por ahí investigando nuevas tecnologías o comprando manzanas, lo más seguro es que acceda a enseñarles sus instalaciones y entonces ya sí que pueden ustedes dar por amortizado el viaje a Asturias porque van a flipar. Sobre todo si ven el túnel (no les digo más, el resto es intriga).

Su chigre es una copia de las sagardoteguis guipuzcoanas, hasta por los cuadros que trae de allí. Tacos de bacalao, chuletones de buey, tortillas de bacalao, algún que otro guisote y no mucho más, que a la cocinera se le cansa la neurona. Con que todo esto salga bien, vale.

Ni que decir tiene que allí lo más importante es la sidra, por lo que si usted, querido lector, se integra en nuestra forma de vida y decide celebrar su próxima boda, o divorcio, a nuestra manera, o sea con una espicha, hable con Samuel porque, bajo el comedorín de diario, tiene una preciosa nave que, recreando un antiguo lagar, sirve para celebrar estos acontecimientos multitudinarios. También lo abre el fin de semana y, entonces, hay que compartir mesa corrida y cantarinos, que todo tiene su gracia.

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