Restaurante Vesuvio

Una casa que da tan bien de comer como esta, no necesita dar explicaciones, pero para los excepticos que consideraban que un italiano no debía estar en una guía gastronómica asturiana, la reforma que Don Giuseppe ha hecho en su local deberá bastar porque ha dejado uno de los comedores mas alegres y apetecibles de la ciudad.

Una cristalera de mas de veinte metros sobre el puerto deportivo no es ya de por sí ninguna tontería, pero si además el local está decorado con exquisito gusto y sencillez, pues a ver quién es el guapo que aporta argumentos para descalificar a Vesubio, aunque en su papelería (por cierto, horrible) ponga la denostada palabra: Pizzería.
¿No sería mas apetecible con manteles de hilo y cristelería Spiegelau? claro que sí, sería formidable contar con un gran comedor italiano porque su nivel de cocina bien puede soportar el cambio de categoría, pero la pregunta es: ¿seguirían acudiendo los suficientes clientes como para que el negocio fuese rentable? porque en Gijón el lujo asusta, así que mas vale seguir con manteles de papel y copas de crital basto, pero que la calidad de sus pizzas, pastas, antipasti, carnes y hasta pescados, se mantenga y Giuseppe siga trayendo de su adorada Italia esas maravillosas conservas vegetales, que bien podían aprender los riojanos a embotar alcachofas en aceite como las que se pueden comer en esta casa y no ese forraje con que nos atormentan en la mayoría de los comedores españoles.


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