Patatas a la portuguesa
Hace cuatro años publiqué la receta Lubina a la portuguesa, donde, además de las instrucciones de cómo prepararla, les comentaba varios aspectos de la cocina lusitana que me habían impactado, quizá porque en viajes anteriores apenas había probado sus verdaderas especialidades.
Disfruté de la excelente cocina del Solar bragançano, en la región de Alto Trás-os-Montes, y de A Cozinha de María en Coimbra, pero me llamó mucho la atención la forma que tenían de preparar los pescados en la costa, como probé en el Mare Cheia de Aveiro, un comedor que sigue como en los años sesenta y al que solo se puede acceder fuera de temporada, porque en verano creo que es una locura.
Ajo y cebolla crudos, vino blanco y AOVE, horno medio y un resultado impactante.
Hace unos días, en el Asador La Miranda de Llanera, los mejores lechazos y cochinillos del Principado, me pusieron una nueva guarnición de patatas panadera, bueno, o algo así. Deliciosas. Por la noche aún las tenía en el recuerdo y llamé a Mª Paz, la dueña, para pedirle la receta, y era el mismo concepto de la cocina portuguesa, así que, Patatas a la portuguesa.
La receta
Cortamos las patatas en rodajas de unos 3 mm y las ponemos en una bandeja de horno, previamente manchada generosamente de AOVE.
Pelamos las cebollas y las partimos a lo largo, en gajos. La repartimos por encima de las patatas. Mojamos todo con el vino y un chorro de AOVE. Salpimentamos y llevamos al horno a 170ºC.
Mientras, calentamos un cacito de caldo de verduras con pollo, y mantenemos caliente para ir echando en el fondo de la fuente según esta vaya secándose. Podemos repetir la operación varias veces, pero no echarlo de golpe porque las ahogaríamos y quedarían como puré.
Depende de la calidad de la patatas y de que sea nueva o vieja, pero puede durar una hora el horneado. De todas formas, cuando añadamos el caldo, conviene pinchar una para ver como van, porque si se pasan, se deshacen.
Cuando ya estén, se espolvorean con abundante perejil fresco recién picado y se sirven de guarnición con asados o con carnes y pescados a la parrilla.
Vinos recomendados
Una guarnición no marca maridaje, y así como las patatas a lo pobre pueden hacer un plato en sí mismas, como “La Sartén del probe”, en este caso no, es el pescado o la carne quién ha indicar qué vino servir.