Graten de higos al ron añejo
Publicado en gallego en el libro A Cociña do Outono, de la colección Cociña Galega das Estacións, año 1994 y en castellano en 1996 en colección de bolsillo de Alianza editorial.
INGREDIENTES (4 personas)
12 higos frescos
4 huevos
100 grs de azúcar
2 vasos de ron añejo
1/4 litro de nata líquida
* El ron que sobra de la maceración se lo puede beber la cocinera o si es generosa, pues repartirlo entre los comensales en chupitos fríos porque está delicioso.
Fue costumbre muy propia de todos los pueblos con tradición de indianos, tener en cada bar una garrafa de ron añejo que nadie sabía de donde procedía, algunos se la atribuian a algún pariente de Cuba, otros a algún marino que la traía de contrabando, el caso es que eran inagotables pero solo se usaban para cocinar algún postre especial, generalmente las tortillas flameadas al ron.
Esta es una aplicación más sofisticada y en la que se puede usar ron de 7 años.
Puesta en marcha:
1. Preparación: El día antes se ponen los higos limpios, pelados y partidos al centro a macerar en el ron, aunque no conviene pelarlos con demasiado esmero porque los higos en esta época tienen una piel muy fina y deliciosa.
2. Se prepara una salsa sabayón poniendo en el vaso de la Turmix las yemas de huevo con el azúcar y se bate a velocidad mínima hasta que quede como una pomada, entoces, sin parar de mover, se añaden tres cucharadas del ron de maceración de los higos y cuando se vea que está perfectamente homogenea, se añade la nata y se sigue batiendo hasta que quede bien ligado todo.
3. En un cazo metido al baño María se vierte este batido y se sigue removiendo al calor hasta que veamos que empieza a tomar cierta consistencia cremosa, se apaga el fuego y se reserva.
4. En cada plato se colocan seis mitades de higo con la parte abierta hacia arriba y en el momento de servir se rocían con la salsa sabayón por encima y se gratinan en el horno a tope de potencia o si se dispone de una gratinadora aun mejor.
Terminación del plato:
Ya está listo pero conviene recomendar que debajo de cada plato de postre se debe poner uno trinchero porque después del golpe de horno, no sería nada raro que algún despistado, intentando colocarse el plato a su gusto, se achicharrase un dedo en el intento.
Guarniciones:
No me atrevo a recomendar ninguna guarnición porque ni las socorridas hojas de menta sirven con este plato, si acaso a guisa de adorno se podría rociar la superficie con un picadillo de avellanas tostadas o de pistachos, pero mejor probar antes la combinación porque puede no gustar.
Vinos recomendados:
Mala combinación hace el ron con el vino y si ponemos un Pedro Ximenez que aguantaría el tirón de la salsa, lo que haría es anular el sabor de esta en el siguiente bocado, de modo de hay que comerlo a palo seco y después si acaso el vino recomendado.
Menús sugeridos:
- - Hojaldre de espinacas sobre espárragos
- Rodaballo frio en su gelatina
- Gratén de higos al ron
* El ron que sobra de la maceración se lo puede beber la cocinera o si es generosa, pues repartirlo entre los comensales en chupitos fríos porque está delicioso.higos gratinados con nueces
Esta receta que viene a ser a simple vista como la anterior, sin embargo tiene un resultado en boca completamente diferente ya que pierde la elegancia y la sutileza de los aromas de la otra en beneficio de un complemento crujiente, muy agradable de sentir al comer y muy sabroso, aunque ya digo que desvirtua la concepción de armonía de perfumes del otro postre.
Se pueden utilizar las llamadas nueces cantonesas pero es más rico poner a caramelizar nueces del país en un poco de miel.
En cada mitad de higo se pone media nuez y se termina el plato igual que otro.
Una opción intermedia es alternar una pieza de higo con nuez con otra limpia.
Tejas de vino con higos gratinados
Se pone medio litro de vino tinto recio a cocer hasta que se reduzca a un tercio de su volumen, entonces se añaden 50grs de mantequilla y 100grs de azúcar, se sigue cociendo hasta disolver completamente y se añade fuera del fuego una cucharada de harina, se pasa por la batidora y en una sartén antiadherente a fuego medio se van poniendo cucharadas de esta masa hasta se modo que se hagan unas obleas informes y solidas, para que queden crujientes hay que dejarlas enfriar.
Al momento de servir se coloca un higo sobre cada una, se rocía del sabayón y se termina el plato como los anteriores.
Si le interesa leer más sobre este tema, pinche en el icono Buscador (ángulo superior derecho de su pantalla) y escriba la palabra objeto de estudio. Y recuerde que antes del postre, hay tomar un trocito de queso, a ser posible, uno artesano de las Asturias.