Alitas de pollo lacadas con tamarindo

Hay personas que se pirran por las alitas de pollo, como Jack Scott, el hijo de Gordon Ramsay, quién nos presentó este como su plato preferido. Pero a mi chica también le encantan, de hecho, cuando hay en casa pollo asado, antes de trincharlo en la mesa, ya parece un guardacoches, así que yo también me estoy aficionando.
Una de sus ventajas es el precio (en Carrefour están a 4€/kg, pero en Makro, salen a 0,50€/kg, ni la comida de perros), y hechas al horno, donde funden toda la grasa, son nutricionalmente aceptables, otro cantar son las gringas fritas en aceite de cacahuete.
Hace un par de meses, vi al televisivo chef prepararlas y me quedé con la copla y, pero no tomé nota pensando que la encontraría en la web, pero este señor es tan famoso que tiene sus propias reglas, así que, si alguien quiere una de sus recetas, pues que compre sus libros y aprenda inglés. Ayer volvieron a pasarla y esta vez tomé nota, y claro, nada que ver con mis Alitas de pollo agridulces caramelizadas.
  

Elaboración 
Poner la pasta de tamarindo en un bol grande con el aceite, el azúcar, la salsa de ostras, el ajo, el chile, y mezclar bien. Se pone a caramelizar en una sartén hasta que quede una textura espesa.       Añadir a las alitas y, con las manos, impregnarlas bien con la mezcla.
Taparlas con film transparente y dejarlas marinar en la nevera durante la noche o, por lo menos, durante 1 hora.
Precalentar el horno a 180ºC.
Forrar una fuente de horno con papel de aluminio (para que sea más fácil limpiarla después) y colocar las alitas marinadas en ella. Asarlas entre 35 y 35 minutos, hasta que estén bien hechas, lacadas y pegajosas.
Servir las alitas calientes adornadas con las rodajas de cebolletas aliñadas.

Maridaje

Los platos orientales solo suelen aceptar vinos blancos afrutados de acompañamiento, porque, si se imaginan un poco los sabores de las alitas, póngalas junto a un reserva de Rioja, y verán qué pelea.
Si por el contrario buscamos un blanco joven afrutado, la combinación tiene un éxito fácilmente augurable. Uno muy agradable es el navarro, Latido de Sara, de uva Garnacha blanca, muy agradable, a precio excelente (5€) y hasta puntuado con 90/100 por James Sucking.
De la misma uva, pero más espectacular, aunque casi cuatro veces más caro, está el Blanc de Montsalvat, del Priorato, pero este ya merece una descripción más completa, porque se las trae. De todas formas, para beber en familia y con amigos, el Latido de Sara cumple de sobra.