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Albóndigas de pavo con espinacas

Albóndigas de pavo con espinacas con salsa de piquillos y basmati
 
Albóndigas de pavo con espinacas con salsa de piquillos y basmati
Albóndigas de pavo con espinacas con salsa de piquillos y basmati

Septiembre 2013

INGREDIENTES 

2 Zancas de pavo
1 Cebolla
2 Cucharadas pan rallado sin gluten
2 Huevos
1 Cucharada de harina de garbanzos
1 Bote espinacas al natural
cardamomo, pimienta negra, granos de cilantro, comino, canela
 

Después de aquella calamitosa experiencia de cirugía bariátrica que sufrí en la clínica Montpellier de Zaragoza (en Internet publicitan las técnicas del Dr. Resa como cuasi milagrosas y la chapuza fue de tal calibre que ni me afeitaron las zonas de incisión), y como mi chica tiene dos meses de vacaciones (es profe en un IES), pues pensé que este verano sería un buen plan ponerse a dieta, hacer ejercicio, pasear por la playa, en fin, desintoxicar un poco este cuerpo serrano que ya renquea más de lo deseable.

Primer paso: hacer un menú completo para los treinta días del mes, basándome en los productos de temporada y en mis conocimientos dietéticos, de donde surge una de las primeras grandes ideas: Las albóndigas. 
No les voy a repetir los principios domésticos que sitúan a estas inofensivas pelotitas en el podio de los alimentos de dieta, porque ya lo analicé extensamente en los artículos Dieta de las albóndigas y Albóndigas para dieta (les aconsejo vivamente que los lean porque les resultarán de gran interés, son la base filosófica de esta forma de comer).
La primera medida fue hacer un listado de albóndigas:
  • Albóndigas de merluza con maíz y cebolla. Es una combinación de origen chino que sorprende por su elegancia y complejidad de aromas, sobre todo en sopas de pescado preparadas con las cabezas de las merluzas.
  • Albóndigas de bonito. Vienen a ser como nuestro típico Rollo de bonito, pero en bolitas pequeñas para darle mil usos, desde enriquecer sopas, como el Marmitako, hasta hacer pequeños aperitivos.
  • Albóndigas de salmón con acederas y eneldo. Una combinación histórica, como cuento en la receta de Salmón con acederas, y una combinación mundial, Salmón con eneldo, un sabor que nos lleva a Escandinavia, sorprendente en sopas de pollo, pero también en guisos sencillos, como una Salsita de hinojo.
  • Albóndigas de pollo con tahina y menta. Nadie sabrá que esas pelotitas son de pollo, porque se busca ese perfil de la Kefta. Una sorpresa para alegrar una Crema de lentejas o de garbanzos
  • Albóndigas de cordero. Estas sí que son verdaderas Kefta, un sabor inconfundible que nos lleva a Israel, Túnez, Líbano... Simplemente con un poco de ensalada, unas pitas y un cuenquito de Tsatsiki, y estaremos comiendo en el barrio Plaka.
  • Albóndigas de Ternera. Evidentemente están las de toda la vida, las Albóndigas de ternera que hacía mi madre, pero también se les puede dar aires exóticos, como las criollas que preparan en Argentina o las cariocas del Caribe. 
Fantástico, un repertorio formidable con el hacer dieta saludable, económica, fácil de preparar al momento porque se descongelan en unos minutos, todo perfecto. La cruda realidad es que la única tanda que salió de mi factoría de sueños fue esta mezcla, Albóndigas de pavo con espinacas, y porque las preparó mi diligente Elena, que sino, ni eso. Hay que decir que estaban deliciosas, sobre todo éstas que puso ayer con salsa de pimientos de piquillo.

La receta 

La salsa es muy sencilla porque ponemos a sofreír despacito la cebolla con los puerros y, cuando empiecen a coger color, se añaden los pimientos, se corrige de sal y alguna especia que nos guste (canela, clavo, tomillo, orégano), se deja cocer un poquito y luego reposar hasta que se pueda manipular para pasarla por el chino. Sin más complicaciones.
Como ya tenemos las albóndigas congeladas y sacadas del cajón unas horas antes, pues no hay más que meterlas en la salsa y dejar que se calienten despacito.
- ¿No pensará usted darnos con la puerta en las narices así como así? - Me interpela ese lector impertinente que me observa cual obstinado francotirador cada vez que empiezo a escribir.- ¿Dónde coño está la receta de esas albóndigas? porque yo no la he visto por ninguna parte, ni siquiera en su pedante listado.
Caramba, pues es verdad, menuda metedura de pata, pero yo no le doy la razón al batracio este ni aunque me llame masón.
- No hombre, no, era una broma. Como hacía tanto tiempo que no disparaba usted, pues ya me temía que hubiese cogido un sarnazo o una peste bubónica y por eso quise provocarle, pero ya veo que sigue usted tan infame como siempre.

Bueno, vamos con las pelotillas.

Pedimos al carnicero que nos deshuese y pique la carne.
Ese picadillo se adoba con una mezcla de especias (cardamomo, pimienta negra, granos de cilantro, comino, canela) y hierbas frescas (menta y cilantro). Se incorpora la cebolla picada muy fina, dos cucharadas de pan rallado (en este caso sin gluten porque somos celiacos), las espinacas bien escurridas y picadas fino, una cucharada de harina de garbanzos y dos huevos batidos. Debe amasarse lentamente hasta que veamos que todos los ingredientes están homogéneamente repartidos y a partir de ahí ya sólo queda coger trocitos de picadillo y darles forma haciéndolos rodar entra las palmas de ambas manos.
Se depositan en bandejas y se dejan reposar una hora antes de meter en el congelador. Una vez congeladas, se sacan de las bandejas y se guardan en bolsas para no ocupen tanto espacio. De todas formas no deben guardarse más de tres meses porque la cebolla cruda sufre una extraña lisis que le cambia el sabor.
Para consumir se descongelan lentamente, se pasan por harina de garbanzos y se fríen en abundante aceite de oliva. Aunque luego vayan a prepararse en salsa, este paso es importante porque así se compactan y mantienen bien la forma. También se pueden enharinar y freír antes de congelar, pero de esta otra forma pueden usarse como Kefta para preparar unos calabacines rellenos, unas berenjenas gratinadas, etc. Hay que tener en cuenta que tienen un sabor ligeramente amargo por las espinacas, muy agradable y enriquecedor, pero debe tenerse en cuenta, sobre todo si usan berenjenas, que también son bastante amargas.
El resto ya lo expliqué, se ponen a calentar lentamente las albóndigas cubiertas con la salsa de piquillos. Se puede servir con un Arroz Basmati .
Escrito por el (actualizado: 27/02/2014)