Viaje a los montes de Somiedo
Nunca he transcrito a otros autores para describir un lugar, sin embargo las formas de prosa poetica con que el maestro, D. Mario Rosso de Luna, dibujó estos lugares, creo que son suficientemente elocuentes como para prescindir de mi aportación literaria (los textos en azul son transcripción).
Este es un laberinto geologico y un rincón último ya del mundo, donde sólo pueden llegar privilegiados cual nosotros. Aqui comienzan, en efecto, esas dislocaciones cámbrico-silurianas que siguen Narcea arriba hasta la región de Tuña donde llegaremos pasados unos días. Pasados los prados y alquería del Postigo, interneme por la cortadura adentro, que el día anterior habíamos visto, no tardando en encontrarme en una verdadera cripta natural de taludes inacccesibles y de umbrosos castaños... ... la más selvática naturaleza hacía adecuado marco a nuestra santa vida, vida alejada del mundo y sus vanidades, cerca, muy cerca de las esferas transcendentales de esa Paz Espiritual, donde solo puede llegarse por el amor y por el estudio. Estas son tierras de vaqueiros y tan apasionante puede ser subir hasta los lagos de Saliencia situados a más de 1600 metros de altitud, como internarse en los mágicos bosques que aun conservan brañas de cabañas con teito. ... desgraciadamente, la selva druidica fué profanada por el impío invasor, y confinado el celto-vaqueiro en su braña con una horible vida de sacrificios cual el pasiego santanderino, el jurdano extremeño o el brañero logrosano...
Curiosamente el termino vaqueiro no procede de la cría de ganado vacuno ya que según las crónicas romanas los primitivos rebaños eran de cabras y ovejas, si no de un primitivo culto pagano en que la vaca, según la tradición hindú, era adorada como forma de dios solar. Dice una canción popular de la zona:
beben mirando a la luna y se acuestan cara al sol.
No es probable que el viajero encuentre la entrada de la cueva donde reposaban aquellos libros tan herméticos como el Manuscrito Cifrado del conde de Saint- Germain, sin embargo lo que si podrá contemplar es la majestuosidad de las torrenteras del Tarambicu, donde presumiblemente estaba la misteriosa biblioteca en piedra de la novela "Viaje a los montees de Somiedo" y recordar con la misma vehemencia con que lo hacía Rosso de Luna, los versos del poeta astur D. Jose Maria Aceval:
abaixo el mundu, el cielo n' a cabeza,
qué nonada tan grande parecía lo que facen los homes...
¡Que miseria!
Todo el Parque Natural de Somiedo es una verdera joya de la naturaleza y por ello hay normas que respetar, pero de esas informaciones ya se encargará Manolo, el director del hotel y uno de los cocineros más creativos del Principado, que se retiró a esos confines del mundo para poder desarrollar toda su fantasía coquinaria y de paso, disfrutar de uno de los rincones más bellos del mundo. *
¡Bien venido seais a este dulce retiro, capaz de haceros olvidar todas vuestras fatigas y hasta al mismo y perverso mundo!" Con estas prometedoras palabras recibía en su casa de Soto de los Infantes D. Antonin de Miranda a su "Hermano filosófico" D. Mario Rosso de Luna con quien iría en busca del "Tesoro de los Lagos de Somiedo": 432 barras de oro y la más fabulosa librería atlante jamás descrita en cuento alguno: "... el centro de toda nuestra tradición iniciatica, es la antiquísima biblioteca del Vicus-Tara, o mítico castro prehistorico y mágico de una de las multiplesTaras atlantes..."
Rosso de Luna recorrió Asturias en compañía del insigne historiador D. Juan Uría Riu y, en un fantástico relato esotérico donde la mitología astur se funde con los principios teosofístas que regían la ética del eminente polígrafo, el autor nos conduce a uno de los lugares que aun hoy día mantienen el mayor encanto bucólico y misterioso de nuestro país. "Asturias ha entrado ya en vos, bien poco después de haber vos entrado en Asturias" le aseguraba su anfitrión, y así debió ser por la forma en que nos describe los fantásticos paisajes que recorrió siguiendo los escritos del Frassinelli, el alemán de Corao, y del conde de Toreno, Gran Maestre del Gran Oriente de España, en una de cuyas logias probablemente trabajó Rosso de Luna quien, según el prologista Juan Cueto, alcanzó el Supremo grado 33º.
A pesar de su escasa población, en Soto de los Infantes debía haber una curiosa actividad esotérica ya que esta no solo se producía en la casa que luego fuera templo teosofista, sino también al parecer incluso en algún bar: "Permitidme que os ofrezca el té, no en casa, si no en el Circulo de los Eremitas, por otro nombre taberna de Bodastoret, el de Cabiria, tenida que diría un frances, por el propio Xuanin de la Fresona", lo cual no es de extrañar si tenemos en cuenta que en aquellos primeros años del siglo en Asturias había más de veinte logias francmasónicas donde trabajaban simultáneamente casi todos los teosofistas.
"¡Oh! una Noruega en España; una Noruega en Sevilla, dado que hay naranjos, limoneros y hayas, robledares y palmeras, y con una temperatura, decís, igual de noche que de día". Para D. Mario la visión de este valle fue como la de Shangrilá.
Acostumbrado a las áridas tierras extremeñas y madrileñas donde había pasado toda su vida, al llegar a un lugar en el que, como casi todos los españoles, pensaba que solo había lluvia y frio, cuando vió que el clima era más parecido al de Málaga que al de su Logrosán natal, creyó haber encontrado el Nirvana. "... era un edificio de cuatro pisos, con sotanos y bodegas, en la poetica orilla izquierda del cristalino Narcea, rio no profanado aun por los lavados mineros, y en el que las truchas, los salmones y las anguilas, corren por sus fondos de cuarcita como vuelan las bandadas de pajaros en la imponente selva de castaños y nogales frontera.
En torno de la casona, además hay una prodigiosa huerta, donde el naranjo y el limonero, milagro palmario de la flora astur, ostentan frutos con abundancia digna de climas más cálidos, entre almendros, avellanos, nogales, perales, manzanos, endrinos..."
Pero antes de seguir adelante, situemonos en el mapa y fijemos el centro de operaciones desde donde podremos lanzar las diferentes excursiones: El Hotel Valle de Lago, en pleno corazón del Parque Natural de Somiedo.
Desde Oviedo se coge la carretera de Galicia (N634) siguiendo el que fuera primer Camino de Santiago, despues de Grado viene Cabruñana y justo antes de cruzar el rio Narcea, sale hacia el Sur (izquierda) la carretera (N633) que nos conducirá siguiendo el valle hasta Pola de Somiedo, de donde arranca una endiablada, pero asfaltada, pista de alta montaña que nos lleva hasta el pueblecito de Valle de Lago. También se puede llegar desde la meseta siguiendo la autopista de Asturias hasta la salida marcada "Villablino", seguimos por la C623 hasta Piedrafita y de ahí, ya cruzando el puerto de Somiedo, llegamos a la Pola.
En los concejos de Miranda y Somiedo ese accidente natural llamado llanura, sencillamente no existe, ni siquiera cabañas de "teito" que Rosso de Luna vió habitadas ya que lo fueron hasta hace apenas una década. peñascos pulverizados de cuarcita, árboles de todas clases, quintanas y horreos en el más suizo de los panoramas españoles Las señales que vaís a seguir para encontrar el Viejo Tesoro de Somiedo, no son señales materiales, si no humanas, a saber, la de los Maestros y discipulos de la Fraternidad Inmortal... A una vaqueira vieja que en la braña vivía, el cuelebre grande que mora por estos veiros le robaba todas las tardes
Textos de pié de foto: **
1: Cuando llegábamos a la Riera, yo creí que estábamos en el último confín del mundo y que los taludes iban ya a cortarnos el paso en absoluto.
2: Es, o va a ser, este -dijo Pacheco- el primer salto de agua de toda España, con sus seiscientos metros de caida y sus treinta mil caballos de fuerza.
3: La mi vaquina murena nun cueche por los carriles si non reparaila todus coxa d'entrambos cadriles
4: Ved aquí -dijo Miranda- contorneados por este bosque umbroso, al viejo y al nuevo Castañedo ... llenas de brezo, piorno, escobas floridas, helechos y rosales cuajados de rosas, que dan vista ya hacia la parte de Saliencia. El tesoro, pues, está ya cerca: quizá bajo nuestros pies mismos, Los pasos de la recua resonaban extrañamente sobre aquella secular capa de mantillo a la que debe su impropia fertilidad el valle
5: Las brañas de la Pornacal
6: Saliencia, los valles floridos de Veiga, Villarín, la Llanera y cien otros, a cual más delicioso...
7: ... y otras cosas más, apenas columbradas cuando perdidas entre arcos fantasticos de las calizas ...
8: A pesar de que el Porque está mucho más civilizado de lo que lo conociese Rosso de Luna, se ha buscado no agredir en entorno ni en los más mínimos detalles
9: el valle de Lago, y no del Ajo, toma el nombre:"Non ego, sed Ego, non Ego sed Ajam", que rezara la parte más logomáquica y más incomprensible del famoso documento de Frassinelli
10:Las suaves orillas del lago solitario apenas si mostraban el verde de algún pradezuelo Mas, ¡oh, impotencia del artista para reproducir algo de la infinita siblimidad de la Naturaleza, en toda su pujanza enemiga y bravía! .... la corona de sus nidos de águilas, marcando el punto donde en un momento solo aparece en invierno el astro del día.
* Esta información está desfasada. Un año después de escribir este artículo y publicar la crónica de esta casa en el diario El Comercio, el cocinero abandonó la explotación y el hotel cayó en un lamentable abandono.
** Reproduzco los piés de foto ya que este artículo estaba diseñado según una estructura mas visual que escrita, por lo que las frases extraidas del libro de Rosso de Luna servían como principal soporte literario del trabajo.