Verduras de moda
Publicado en el diario El Progreso, año 1993.
No se trata de inventar nuevas plantas o de modificar la morfología de las ya conocidas como están haciendo en Francia en que la moda es utilizar auténticos bonsais de huerta (tomatitos enanos, berengenitas minúsculas, lechuguitas de a bocado o alcachofitas de a tres en cuchara), lo que yo pretendo, con mas que dudoso éxito, es algunos cocineros se preocupen por utilizar productos que no sean solamente los tomates, las lechugas y las cebollas.
Cuando hace algunos meses abrió el supermercado Continente, yo di la noticia de que en sus estantes se podían encontrar rabanitos, gengibre fresco, echalotas, carambolas, col china, achicoria roja, etc.; pensé que era una gran noticia para los amantes de la buena mesa de Lugo ya que de esta forma no abría que ir hasta La Coruña para comprar estos productos; desgraciadamente la multinacional francesa ha retirado ya todos estos artículos por falta de rotación.
Cada pueblo tiene lo que se merece y parece ser que los gastrónomos lucenses amantes de las frutas y verduras, estamos condenados al ostracismo.
Eso si, seguro que no falta algún analfabeto que diga aquello de "para un gallego, donde esté un buen chorizo, que se quiten todas esas mariconadas modernistas", y es que hay quien confunde patriotismo con salvajismo porque hasta hace bien pocos años, Galicia tenía una riqueza hortofrutícola y una variedad de artículos frecuentes en la mesa diaria, como muy pocas regiones españolas.
Pero es más cómodo comprar unos embutidos en el "super", hacer un "bocata", una "coca" y a correr; y no digamos ya en la hostelería en que el arcón de congelados es el "Alma Mater" de tantas y tantas cocinas.
El gran Montiño, cocinero real de Felipe II, en su libro Arte de cocina, nos enseña recetas que bien podrían estar hoy en cualquier restaurante de élite: Torta de borrajas, albondiguillas vegetales, cazuela de criadillas de tierra, platillo de lechugas y un sinfín de recetas en que entran artículos que hoy parecen tan sofisticados como escarolas, achicorias y riponces.
Eso era en el siglo XVI, por eso cuando hoy día alguien me critica porque intento convencer a los seguidores estas páginas de la bondad gastronómica (además de su riqueza vitamínica y sus excelentes virtudes para la salud) de los vegetales y me dice eso de "dejese de modernidades y al gallego dele un buen chorizo y un buen lacón, que esa es la verdadera cocina gallega", no puedo reprimirme y tengo que llamarle analfabeto.
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