Daditos de patata
No creo que nadie se atreva a decir que no le gustan las patatas fritas, incluso se puede hablar del mundo entero porque, su expansión por países tradicionalmente arroceros como China o India, ha sido igual que una plaga. Claro que del abuso viene el hastío, y cuando vives en un país o una cultura que te mete estos tubérculos hasta en el café, pues terminas harto. Salvo que le eches un poco de imaginación, así que en mi web les ofrezco una página con ideas alternativas a las manidas patatas de McDonnald’s.
Tal y como se los presento, son simples patatas fritas, pero en Elaboración doy algunas pistas de cómo aromatizarlas.
Es importante usar patata agria, o sea, vieja, porque tiene menos agua y, una vez fritas, se mantendrán crujientes, mientras que con la patata nueva, a los pocos segundos de sacar de la sartén, la humedad interior aflora y quedan blanduchas, como revenidas.
Elaboración
Es muy cómodo y apropiado disponer de una buena mandolina. Actualmente las hay profesionales a precios domésticos, como la que yo uso, y corta cómo el viento. Hay que tener mucha precaución, la primera vez que usé una que había comprado en Francia para mi restaurante y me había costado una fortuna, me fileteé un dedo. Mientras iba a la casa de socorro, el jefe de cocina la guardó, y hasta hoy.
Tiene una postura que hace bastoncitos. Mi mujer alucinó al ver que las preparaba en menos de un minuto.
Se cortan los bastoncitos en dados, se lavan al chorro, se escurren y se espolvorean de sal.
Se pueden poner en aceite caliente ya que, del exterior al centro, apenas hay dos milímetros, así que, cuando se tuestan un poco, ya están listas por dentro y fuera.
¿Aplicaciones? Pues las propias de unas patatas fritas, sobre todo guisos de carne, donde dan la talla.
En España las sirven hasta con los postres, y tampoco es la cosa. Por ejemplo, a mí no me gustan con pescado, ni siquiera los “fish & chips”. En Asturias las he visto con ruedas de bonito a la brasa, polvorones para la sed.
Antes de freír, se pueden adobar con ajo molido disuelto en AOVE. Y quién dice ajo, dice curry, salsa de ostras, aliño de bienmesabe (ver en Bienmesabe de pez espada), salsa romesco, etc.