Causa limeña
Con la llegada del libertador José de San Martín y para solventar los gastos de la campaña militar, en las esquinas de las calles de Lima, se vendía este plato para apoyar a "la causa" de la independencia, de ese gesto cogió su nombre este puré del que los peruanos están tan orgullosos, que lo han elevado a estandarte de su gastronomía.
En realidad no tiene otra justificación, porque en realidad es un vulgar puré de patatas sin más gracia que el aliño de un poco de zumo de lima y algo de AOVE. Ni sombra de exquisitez de mi sabroso Puré de patatas.
Si se dispone de brasas, la cosa cambia, porque unas patatas asadas en cenizas tienen un sabor diferente, aunque estarían mejor si se aplastase con ralladura de limón, mantequilla y nata agria con ajetes, eso sí que está rico, pero no es “la causa”.
Elaboración
Cocemos en agua con sal, una hoja de laurel y un casquete de cebolla, las patatas con piel para que conserven algo más de sabor. Si son grandes, tardarán su buena media hora, pero solo podemos estar seguros pinchando una aguja o palito japonés.
Cuando se puedan manipular, se pelan en caliente y se rompen hasta poder meter el aplastador o un tenedor grande. A mí me gusta que se noten trocitos de patatas en el puré, pero se puede triturar con la batidora y hasta pasar por el chino.
Se aliña con el aceite, medio limón y la pasta de ají amarillo. A mí me gusta poner cilantro fresco, pero eso ya no es lo puro.
Este puré suele servirse relleno con una capa de pollo guisado, ensalada de camarones, ropa vieja, etc. Yo solo lo uso como guarnición, como con los ajíes, de modo que ni le pongo maridaje.