Bolitas de patata al vapor

Esta receta es más corta que las instrucciones de un palillo dental, aunque cuando saquen las bolitas, se acordarán de todos mis antepasados, porque es una lata, una tortura.
Viene a ser un híbrido entre las Patatas torneadas y al vapor y las Patatas a la parisien , porque se sacan como estas últimas, pero se asan como las primeras.
Son como el huevo de Colón, pero precisamente por eso las pongo, primero porque a veces no se nos ocurre lo más evidente, y en segundo término, porque así están visibles en Guarniciones para todo , que es la única forma de tenerlas en cuenta en la elaboración de nuestros menús.

Elaboración 

Yo prefiero las patatas medianas porque se sacan las mismas bolas que de una grande y por tanto el desperdicio es menor, aunque no tienen porqué ir a la basura, porque se pueden usar para hacer un rico puré.
Con el sacabolas del tamaño grande (o mediano, cada cual que elija a su gusto), hacemos tantas bolitas como nos sea posible, y las ponemos en la vaporera. Como en casa solo somos dos, yo uso una de esas chinas de bambú, tan monas que hasta se pueden sacar a la mesa.
El resto viene dado por añadidura. Se ponen a cocer al vapor y, cuando veamos que están blanditas, pues listas. Con calcular media hora ya nos cubrimos en salud.
Para servir, las rocío con un excelente AOVE como es el Vera Valle, de aceituna manzanilla cacereña, suave, perfumada, deliciosa, con matices florales y a tomatera. Un poco de perejil recién picado, y sal Maldon para que se vean bien las escamas.
Tienen mil aplicaciones, porque tal cual, son una guarnición maravillosa para todo tipo de pescados. Pero hay más, porque se pueden rehogar con mantequilla o con la grasita que soltarían unos bastoncillos de panceta ahumada. Se dejan dorar y harán las delicias de pequeños y mayores en cualquier guiso de carne, sobre todo los de pollo.