Pastel de salmón
En realidad no esperen encontrar una receta tan mágica como las del Pastel de Cabracho o el Pudin-de-merluza-a-la-romana, no, esta es bastante más casposa, pero tiene su explicación.
Había comprado unas latas de pastel de salmón, muy rico, pero que, a la segunda o tercera, ya resultaba odioso, de modo que decidí hacer algo más atractivo, menos a pelo, y diseñé este pequeño engendro, muy rico, por cierto.
La idea refrescar esos sabores pastosos del paté, y qué mejor que lo mi madre le ponía a su puding de merluza, es decir, olivas verdes picadas, guisantes, pepinillos en vinagre y maíz dulce, que mi madre no usaba pero acompaña como un guante al salmón, como el eneldo.
Es muy importante que la mahonesa sea casera y recién hecha, claro. Yo la hago con limón y le pongo un chorrito de wasabi, un puntazo para los pescados.
Elaboración
En realidad no hay que poner los ingrediente en un bol y mezclar con un tenedor.
Pero bueno, explico algo. Se pican los vegetales en fino. Yo uso unas olivas que hacen en Tarragona, pero hay mil.
Le damos una primera vuelta con el tenedor y añadimos la mitad de la mahonesa. Volvemos a revolver, esta vez con más esmero de que quede todo bien repartido porque ya va al molde y al frigo.
Se monta al gusto. Yo lo hice con un aro de 12cm.
Se cubre con el resto de mahonesa y se adorna, yo le puse unas láminas pepinillo y unas lochas de zanahoria, si les gusta, copien la foto.
Maridajes
Cualquier blanco le iría bien. Mi vino con el salmón es sin duda el chardonnay, pero aquí no pinta nada, mejor un albariño, un verdejo o un treixadura, como el Casal de Armán, una delicia.