Ensaladilla rápida
La palabra “rápida” se asocia siempre a basura, Fast-food, que dicen los angloparlantes y los ejecutivos cursis, pero en la cocina española, aunque no se lo crean, hay un montón de platos que se pueden hacer en tiempo record (obviamente nada que ver con esos programas estresantes de Canal Cocina que inducen al suicidio antes de que el guapito de turno termine con su rocambolesco plato tailandés).
En mi receta de Ensaladilla rusa con gambas reconozco que pequé de cierto barroquismo culinario, porque tragarse toda una mañana cocinando para hacer este plato, es pasarse un poco. Merece la pena, porque merecer, merece la pena, pero a veces ni yo lo hago porque es un palo.
Hoy tenía capricho de ensaladilla y me dije: “Pepín, hay que hacer una receta alternativa” y mira por donde salió de fábula.
Para mi deshonor he de reconocer que estaba casi tan rica como la de gambas, así que les animo a probar porque es muy fácil.
Una advertencia, no hagan grandes cantidades porque en verano es relativamente fácil que nuestra mahonesa pueda desarrollar salmonelosis y cómo la ensaladilla suele estar cierto tiempo a la intemperie, es mejor hacerla y comerla porque el riesgo es realmente serio.
La receta
Pelamos las patatas, las cortamos por la mitad a lo largo y otra vez al medio, con lo que obtendremos cuatro trozos similares a gajos. Este es el gran truco, porque así, al vapor, están listas en un cuarto de hora.
Pelamos las zanahorias y las metemos en la vaporera con las patatas. Cuando veamos que están tiernas, se dejan enfriar para poder cortarlas sin que desmenucen.
Picamos finamente a cuchillo las anchoas, las alcaparras, las aceitunas y los huevos duros.
En un bol ponemos todos los ingredientes, removemos bien, añadimos la mahonesa, le damos otro revolcón y ya está lista una ensaladilla de campeonato.
Lo del surimi fue un recurso del que eché mano por dar color, pero tampoco resultó muy afortunado, quizá hubieran quedado mejor unas tiritas de pimientos del piquillo. Y lo de la lechuga, me pasé tres pueblos porque parece un túmulo maya en la selva yucateca, pero bueno, otro día haré una foto menos barroca.
Un vino para cada plato
Por muy exquisita que esta ensaladilla resulte, hay que reconocer que se trata de un plato golfo, de cocina canalla, de mesa veraniega en pantalón corto y camiseta, de modo que la bebida también debe así, rica, alegre y desenfadada. ¿Qué vino es el más divertido para ustedes? Para mí sin duda el cava, de modo que busquemos nuestro favorito. Uno delicioso, a precio razonable y fácil de encontrar, al menos en Asturias, es el Agustí Torelló Mata, un reserva muy fresco que suelo elegir en esas merienda-cenas informales que hacemos en verano en el jardín de casa.