Rones del Caribe
Será gracias a los viajes de novios, de turismo sexual, o a que España está lo promocionando con tanto énfasis como si fuera suyo (parece ser que las cadenas hoteleras afincadas en caribe han descubierto Eldorado), la bebida caribeña se está implantando de nuevo en una plaza donde hasta hace un par de décadas había llegado a ser rechazada, y es que su historia tiene duros recuerdos para aquellos de nuestros antepasados que tuvieron que abandonar la Perla del Caribe a causa de la dictadura de Fidel.
Pero vamos a centrarnos en la copa porque la memoria histórica no siempre es aconsejable, y menos después de una buena comida frente a un buen ron.
El origen de esta bebida se sitúa en los primeros años de la colonización del nuevo continente. El propio Colón fue quién llevó allí la caña de azúcar, y llegó a ver como sus plantaciones alcanzaban el éxito iniciando todo un proceso de industrialización (que desgraciadamente motivo el fenómeno de la esclavitud africana). Como residuo de la extracción del azúcar quedaban unos jarabes sucios llamados melazas, que los trabajadores de los Ingenios (así se llaman las fábricas de obtención de azúcar) comprobaron que fermentaban con bastante facilidad, y solo bastaba después con una simple destilación para obtener un potente aguardiente con el que calmar sus miserias.
Tanto éxito alcanzó esta bebida que en algunos puntos como Haití, se empezó a preparar no solo de los residuos de la caña, si no del propio jugo recién exprimido y que, para darle mayor importancia, se pasaba por barricas de roble para hacer un tipo de brandy excelente del que se reservaba la primera destilación para el Clarin (no se exporta ni comercializa, se reserva exclusívamente para los rituales de Voudou) y el resto para el Barbancourt, quizás el mejor ron viejo del mundo.
El hecho de poder contar con una bebida de alta graduación y buena calidad al otro lado del Atlantico, hizo que el ron se convirtiese en la bebida por antonomasia de los marinos de aquella época, y poco a poco cada isla fue desarrollando su propia personalidad, pudiendo hoy diferenciar los rones de La Barbada, Cuba, Guayana, Haití, Jamaica, La Martinica, Puerto Rico, República Dominicana, Trinidad y Venezuela.
También se elabora ron en Colombia, Brasil (se llama cachaça), EE.UU. (Nueva Inglaterra, Connecticut, Massachussetts y Rhode Island) y Filipinas, pero su consumo se restringe al ambito local, generalmente debido su escasa produción o a su mala calidad, como es el caso de la cachaça.
En cuanto a su envejecimiento y coloración son temas mal interpretados. El color se debe exclusívamente al añadido de caramelo disuelto en agua con que se rebaja el grado alcoholico de los 80º/90º grados de destilación a los 40º de consumo. La madera apenas aporta color (hay whyskys de 18 años cuyo color es pálido, y eso que el destilado es amarillo, cuanto menos el ron que es blanco).
El termino ron viejo se usaba entre los marineros del siglo XVIII para diferenciar entre los destilados mas vulgares obtenidos de las melazas que sacaban los trabajadores de los Ingenios, y aquellos mas refinados que guardaban los señores a guisa de brandy en sus bodegas.
Una de las bebidas mas deliciosas que podemos probar es un buen ron rebajado con zumo de caña (se pude encontar en algunas fruterías), animado con cáscara de limón, y ligeramente refrescado con hielo.
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