Cognac, coñac o brandy

Historia del cognac

• Año 1636, los bodegueros de Cognac (una pequeña región viticola cercana a Burdeos) se sublevan porque los bajos precios del vino no amortizan los costos, y para no pagar los impuestos, destilan casi toda la cosecha y la guardan en barricas de roble.

• Año 1751, la Encyclopedie reseña los aguardientes de Cognac como de gran calidad.

• Año 1860, se empieza a vender el aguardiente en botellas y, al llevar el nombre del lugar de origen, se empieza a hablar de ese brandy como Eau de vie de Cognac.

• Año 1909, la administración francesa instituye que solo se puede llamar Cognac a aquellos aguardientes que cumplan las seis normas reflejadas en el decreto de 1 de mayo de 1909, siendo la primera que tanto los vinos como los destilados, han de proceder y ser elaborados en la región delimitada por La Charente, Charente -Maritime y un par de subzonas anexas dependientes de sendos departamentos.

«Et voila», la imagen y el mito están creados, protegidos con alambradas para que nadie toque lo que ya que es un invento francés. De poco sirve que en Jerez llevasen tres o cuatro siglos haciendo el mismo aguardiente, porque ya saben: «camarón que se duerme, se lo lleva la corriente».

Y sino,  vean un ejemplo: Cognac Napoleon de Courvoisier, un mito entre los amantes de esta bebida que nadie duda que procede de aquellas madres que consumía con deleite el emperador corso. Pero es que resulta que la casa Courvoisier se fundó en 1835, catorce años después de que Napoleón muriese en Santa Elena, y para más recochineo, el emperador nunca probó el Cognac.

La historia se la fabrica uno a su conveniencia, y al final esa es la manda en el criterio popular, y sino, que nos lo digan a los españoles, que nos llevan cinco siglos mintiendo sobre nuestros orígenes visigóticos.

Y como hay procesos irreversibles,  en este caso nada deleznables, pues dejemos de llorar como necios lo que nuestros abuelos no supieron defender como empresarios, y al menos disfrutemos de lo que nuestros competidores gabachos tan bien están haciendo.

Es importante tener en cuenta que no son iguales todos los cognacs, y que dependiendo de su procedencia y envejecimiento, los precios se pueden fácilmente cuadruplicar, y no me refiero solo a las grandes reservas.

Los mejores son los de la zona de Grande Champagne (nada que ver con la región de Champagne del vino espumoso).

Son carísimos y casi imposibles de conseguir ya que se mezclan con los de Petite Champagne para dar lo que se comercializa con el nombre de Fine Champagne.

Después de estas tres reseñas de máxima calidad, vienen como segundas zonas, y con notables produciones, Broderies, Fine bois, Bon Bois, Bois ordinaires y Bois a terroir.

En cuanto a los tipos hay más de una docena, pero los más frecuentes son estos: por un lado los marcados con estrellas (generalmente tres), que son los más jóvenes.

Con cuatro años ya se pueden llamar V.O. (Very Old), V.S.O. (Very Special Old, o Very Superior Old, según autores), V.O.P. (Very Old Product, o Pale) y V.S.O.P. (Very Special Old Pale, o Very Superior Old Product). Con cinco años hay las mismas pero con una V. más (Very Very), y los superiores que son los X.O., Extra, Napoleón, Vieille Reserve y Hors d’Age.

En el artículo Historia de los aguardientes, explicamos con todo detalle las diferencias que hay entre brandy, cognac y coñac, pero en dos pinceladas, digamos que brandy es la contracción de la expresión holandesa Brandwine, que significa vino quemado, o sea, destilado de vino. Como ya dijimos, los vinateros de la región de Cognac adquirieron fama por sus brandys envejecidos y a eso se le empezó a llamar coñac, hasta que España entró en la CEE y las normas europeas nos prohibieron utilizar este vocablo, aunque se encuentre en el DRAE.

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