Vieiras de Bueu
Hace algunos días tuve la ocasión de asistir a la primera semana de la vieira en la pontevedresa villa de Bueu, certamen al que fui gentilmente invitado por su infatigable alcalde para dar una charla y hacer una demostración culinaria sobre este delicioso y carismático marisco, emblema de Galicia tanto gastronómica como espiritualmente y es que parece ser que en las Rías Baixas las neuronas de los empresarios se están moviendo.
Después de sufrir un verano en que el turismo brilló por su ausencia y por la parquedad de sus bolsillos, marisqueros, hosteleros, y demás empresarios afectados directa o indirectamente por la crisis, trás las consabidas lagrimas de septiembre, han dado un golpe de timón y han comprendido que o se ponen al día e invierten en nuevas tecnologías de venta fundamentadas en experimentadas bases del marketing moderno, o se van directamente a la ruina.
La administración local, que no es tan necia como generalmente los comerciantes de tres al cuarto quieren mostrarnos, recibió el testigo y organizó estos actos culturales y de promoción que, a pesar de espantoso tiempo que hizo, resultaron un clamoroso éxito de asistencia y de avances en el camino de la promoción del delicioso bivalvo.
Ya hay por tanto una capital de la vieira, Bueu, y una semana gastronómica que, si Dios quiere, cada año reunirá a miles de personas que acudirán desde cada rincón de nuestra geografía para probar un producto que, al tener desde ahora una patria especifica, la ría de Pontevedra, podrá entrar en ese inédito pero reconocido catálogo de productos míticos como son las ostras de Arcade, las angulas de Aguinaga, las cigalas de Huelva, el jamón de Jabugo o el foie de las Landas.
Están luchando por enseñar al gran público la gran diferencia que hay entre las vieiras frescas de su ría y las congeladas que provienen sabe Dios que país, que mar o que continente, y para ganar esa batalla no han salido a la calle con pancartas reivindicativas ni con lagrimas de cocodrilo con las que pedir limosnas del erario público, han contratado a buenos profesionales que han sabido dar el primer paso en una linea de nueva imagen que ya desde el inicio ha dado la razón a los que apuestan por actualizar sus sistemas de venta basandose en la exclusividad y en la calidad de sus productos.
Lugo tiene productos tan carismáticos como las vieira de Bueu, los capones de Villalba por ejemplo, a ver si alguien se quita boina para pensar y entiende aquello de que: camarón que se duerme se lo lleva la corriente.
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