Queridos Reyes Magos
Publicadi en la revista planetAVino Nº 46, diciembre 2012/ enero 2013
Hace muchos años que no les escribo porque un niño me dijo que ustedes eran los papás, y como los míos se mataron hace ya casi cuarenta años, pues deduzco que no me van a traer juguetes, ni tan siquiera carbón, sobre todo con la que está cayendo por Asturias con el cierre de las minas.
La verdad es que soy bastante poco monárquico, así que confío poco en sus majestades, aunque sí algo más que en los Borbones que aún no han pedido disculpas por las carnicerías que organizaron en anteriores generaciones, sobre todo en el siglo XIX y, de cuyas consecuencias todavía estamos pagando las facturas los pobres parias de a pie. No sé si les gustarán a ustedes los elefantes, pero bueno, eso es harina de otro costal.
Este año en España vamos a celebrar la Navidad sin incienso ni mirra, si acaso con mortadela y vino con sifón, como hacían nuestros padres en los tiempos heroicos del invicto caudillo, así que no les voy pedir un nuevo Scalextric ni un iPad, pero ¿Sería mucho pedir que metiesen a unos cuantos banqueros y políticos en la cárcel?
Como en Oriente Medio andan ustedes liadillos con eso de la primavera árabe, quizá no se hayan enterado del cachondeo que nos traemos por la península, así que les pondré un poco al día para que entiendan mis ruegos.
El caso es que, con la llegada del tercer milenio, nos dio la cosa de hacernos europeos y hasta cambiamos nuestra castiza peseta por otra moneda llamada euro que cuesta una pasta. Los europeos rubios nos dieron dinero a mansalva para que les comprásemos trenes de alta velocidad en los que poder venir a tomar el sol sin sufrir los retrasos de Iberia y montar laboratorios de I+D en los que poder formar nuevos emigrantes más cualificados. Lo malo es que los políticos pusieron esos trenes entre Madrid y Toledo, o para recorrer el trayecto desde Zaragoza a Huesca, y el resto del dinero se lo fundieron haciendo aeropuertos alucinantes en lugares tan esperpénticos como Ciudad Real, Lérida, o Albacete, plazas de enorme interés turístico, pero que a los teutones no les molan. Digo que el resto, pero no es así, porque el gran mogollón se lo repartieron con los banqueros jugando al Monopoly y ahora el Gobierno no tiene pasta ni para pagar las nóminas de sus empleados.
Nos dicen que la señora Merkel, que es como López Rodó pero en versión alemana, se ha cabreado porque bebemos mejores vinos que sus contribuyentes, pero la verdad es que a ella le encanta el vino español, sobre todo el de Cariñena. Lo que la cabrea es que los bancos se hayan fundido todo el pastizal en juergas y ahora no la dejen ver sus cuentas. Claro, como que se lo bebieron en champagne y mujeres malas.
Yo no le deseo mal a nadie, pero una buena lepra negra les vendría al pelo a toda esta camarilla de canallas que ha arruinado el país, una nueva oligarquía más feroz y corrupta que la que asoló la pobre España de Fernando VII, porque ahora hasta están pringados los sindicatos y la prensa general.
Me gustaría pediros unos patines en línea modelo Hardcore Evo II, pero como no sé patinar, pues igual provoco una desgracia, así que me conformo con que os llevéis a toda esta panda de sinvergüenzas como hizo el flautista de Hamelín con las ratas y los arrojéis al fondo del mar, al Cañón de Avilés, que esta de moda ese año y lo tengo al lado de casa (tiene casi 5.000 metros de profundidad, así que caben todos y serán devorados por los calamares gigantes).
Si os parece un poco complicado, me conformaré con una cajita de Cirsion 2009, que dice el Proensa que está muy rico.