Piedra Azul
Piedra Azul
Bodega Estancia Piedra
D.O.: Toro
Uvas: 100% Tinta de Toro
Crianza: No
PVP: 7 €
Extracto del libro Un vino para cada pincho, maridajes de la Cocina Canalla.
A pesar de ese peligroso mal de altura que están sufriendo muchos bodegueros toresanos (parece que el éxito produce trastornos mentales), algunas bodegas como esta mantienen la cabeza fría y siguen haciendo las cosas con sentido común, máxima calidad, precios comedidos y buenas relaciones con los medios de comunicación.
Este Piedra Azul es un buen ejemplo, un vino joven, fresco, muy afrutado, pero con toda esa carga de sabores que caracterizó los nuevos vinos de Toro. Y todo eso a un precio que permite disfrutar de él en casa, en un restaurante o incluso comiendo de tapas, porque un vinazo de esta categoría nos enriquecerá la más humilde de las mesas.
Es un vino con cierto carácter rústico, algo propio de cualquier joven que se precie de tal, pero hay que buscarle el aspecto positivo a este desenfado, porque es lo que le da más gracia. No olviden otro vino de esta casa, la Garona, una golosina al alcance de muchos bolsillos.
Chistorra blanca
Gracias a Dios, y a la valentía de algunos empresarios como Alejandro Rituerto, la gastronomía española sigue avanzando por la senda de la calidad y, a sus ya famosos chorizos y chistorras, hace pocos meses ha añadido un nuevo producto que llama “Chistorra blanca”, y que podría ser la forma primitiva de elaborar este embutido, ya que, según todos los indicios, el pimentón no llegó a La Rioja hasta el siglo XVIII.
El mimo por las materias primas ha hecho de esta casa la mejor valorada del país y, una chistorra sin pimentón ya es probar el cerdo en estado puro. Destaca el perfume de una excelente pimienta que enmarca los sabores limpios de una carne de cerdo en la que el porcentaje de magro predomina sobre la grasa. Desde luego es un gran acierto, aunque para quienes no conozcan esta casa, les aconsejo que empiecen por la chistorra de toda la vida, la roja, porque es diferente a todo lo que circula por el mercado.
Maridaje
Mi pasión por los maridajes alsacianos me llevó a probar esta chistorra con un par de vinos blancos, pero aunque no estaban mal, no terminaron de convencerme, así que opté por irme al polo opuesto y probé con este joven de Toro, al que recordaba como algo sorprendente por sus frutos negros maduros y ciertos tonos balsámicos y de regaliz.
El primer trago ya lo dijo todo, porque fue verdadero regalo. La chistorra estaba bien doradita por fuera, aunque jugosa por dentro, y estos sabores de la tripa tostada eran los que marcaban esa nota discordante en los blancos, mientras que con este tinto fresquito, encajaban como anillo al dedo.
Es un vino muy noble de beber y que nos va a permitir disfrutar con él de un amplio abanico de pinchos, no solo de cárnicos, sino de todo lo que pase por la plancha, desde champiñones hasta langostinos.