Alcachofas rebozadas
En realidad esta receta es una variante de las alcachofas a la plancha o fritas que probé por primera vez en el restaurante Hispania de Arenys de Mar y que desde entonces suelo poner como aperitivos para hacer flipar a mis invitados, sobre todo a aquellos que dicen que no gustan de las alcachofas.
Esta es un poco más sofisticada en cuanto a su elaboración, pero pierde la elegancia y la sorpresa de aquellas, lo que pasa es que, como las alcachofas son buenísimas para el hígado (esta es la disculpa para pedirle a mi mujer que las prepare, la verdad es que me pirrian más que a Catalina de Medici), pues las preparamos de mil formas y esta es una de ellas.
De hecho las he puesto en guarniciones, no como plato ni como aperitivo, porque de esta forma están más suaves y acompañan muy bien algunas carnes estofadas.
Es importante saber comprarlas, porque deben estar bien duras, eso significa que están frescas, que tienen buen corazón y cuando se cocinen quedarán blanditas y jugosas.
La receta
Se limpian quitándoles las hojas duras y cortando la parte superior de la flor. Digamos que se tallan para quitar todo lo incomestible. Luego se frotan generosamente con limón para evitar que se ennegrezcan y se sumergen en un barreño con agua fuertemente acidulada de zumo de limón.
En un mortero se machaca un diente de ajo con un poco de sal marina, tres o cuatro granos de pimienta negra, media docena de hojas de hierbabuena y al final se amasa todo con el zumo de un limón.
Se cortan en cuatro filetes paralelos al eje longitudinal, con lo que obtendremos cuatro formas que recuerdan a sendos cálices.
Con la pasta del mortero, aliñamos estos cálices y los pasamos por harina.
Para la fritura no es necesario que el aceite esté muy caliente porque conviene que estén cierto tiempo haciéndose para que les entre el calor bien dentro y queden blandas. Cuando empiecen a tomar color, se aviva el fuego para que expulsen el exceso de grasa y se sacan con una espumadera que debe ser de alambre para que escurran bien.
Variantes del plato:
También se hacen fritas enteras, pero para mi gusto cogen demasiado el sabor al aceite, que no tiene nada que ver con el que se aliñan para comer cocidas y aliñadas porque cuando este se calienta, pierde sus aromas afrutados y con ellos toda elegancia. Otra forma muy mediterránea es a la plancha, la forma en que comenté del Hispania. Se hacen del mismo, pero sin harina ni especias, es decir, en crudo, cortadas, aciduladas y hechas a la plancha con un poco de sal.