Ensalada templada de pasta fresca con caviar de berenjenas, olivas negras y anchoas
Esta es una receta sin la menor historia ni tradición, mas que nada porque es mía, pero que podríamos considerar como la máxima expresión de la sofisticación a que puede aspirar un gourmet arruinado. Como explico en mi libro de cocina gallega Acociña do verán, también se puede hacer con caviar Beluga, pero es mucho menos original e incluso mas cara.
Puesta en marcha:
1. Empecemos por preparar este delicioso caviar de pobres, que también podríamos denominar como mediterráneo (por sus perfumes), o de masones españoles (por nuestra inamovible situación financiera desde la fundación de la primera Gran Logia por el duque de Wharton). Se asa la berenjena en una lumbre de laurel, (somos pobres pero exquisitos), se parte al centro, se desprecia la parte que lleva pepitas y se pica la piel con la pulpa que lleva pegada. En un bol pondremos este picadillo junto con el de las aceitunas y las anchoas que deberá ser parecido. Se aliña con un poco se aceite, pimienta, orégano y limón, y se deja macerar un día.
2. La pasta se cuece de forma habitual, según las indicaciones del paquete, pero procurando que quede su alma un poco dura, "Al dente". Eso se logra cociéndolos en abundante agua salada hirviendo, con un chorrito de aceite, cuando empiecen a flotar (uno o dos minutos) se sacan y se pasan por agua fría para que se contraigan y quede bien sueltos.
3. Para terminar se ponen con un poco de gracia en una ensaladera, se reparte el falso caviar por toda la superficie y se puede adornar por los bordes con unas láminas de pepino aliñadas con vinagreta.
Variantes del plato:
Bromas aparte (aunque lo del ahorro no sea ninguna guasa), este plato resulta realmente delicioso si se hace con cierto mimo.
En caso de no disponer de pasta fresca, una alternativa, mas visual que sápida pero igualmente agradecida, es usar pasta de tres colores: blanca, naranja y verde. Este plato dentro de un mezzé puede resultar realmente encantador.
Libaciones:
Si se va a tomar como plato independiente, a veces la vida es dura, lo mejor sería un vino blanco muy seco. El mas indicado sería uno griego, con resina.
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