Ensalada Oasis

Es curioso como algunos productos se adaptan tan bien a una región que en poco tiempo pasan a ser tan familiares que hasta parece discutible su propio origen, y uno de ellos es el pimiento, que siendo americano, hoy el mundo entero lo relaciona con la dieta mediterránea.

Y no digamos ya el pimentón, que en todo occidente y hasta en los libros de recetas que vemos en España, traen la palabra paprika, como si se tratase realmente de un producto húngaro.
Esta sencilla y multicolor ensalada, es casi indispensable en toda mesa mogrebí, tanto si es marroquí, como argelina o tunecina, y aunque no conozco Libia, me imagino que también Gadafi le echará algún que otro tiento.

Es tan facil como picar los ingredientes y luego aliñarlos, pero hasta en lo más facil hay que tener un poco de gracia.

Elaboración. 

Con un cuchillo bien afilado, cortamos los tomates (sin pelar y apoyados sobre la parte plana) en rodajas de un centímetro de grosor (mejor sin llegar hasta la tabla, así el tomate mantiene la forma y es más facil seguir manipulándolo).

A continuación se hace lo mismo en el sentido transversal, obteniendo una cuadrícula, y por fin se tumban sobre un costado y se repite la operación sobre el eje, obteniendo muy facilmente unos daditos, más o menos regulares, de un centímetro de lado.

Para los pepinos es mejor cortarlos primero en rodajas, y luego estas en cuadrículas. Deben lavarse muy bien (antes de cortar, claro), incluso restregándolos con un estropajo, porque no se deben pelar, ya que de esta forma no repiten. No sé porqué será, pero funciona.

La cebolla se debe picar en trocitos más pequeños, ya al separarse sus propias capas, esto viene a suponer lo que el tercer corte en sí.

Para el aliño ya saben, un bol, aceite de oliva, sal, vinagre de Módena, y un chorrito de agua caliente. Se bate bien con un tenedor, o un agitador de varillas, y se rocía por encima de los ingredientes.

Dejo para lo último dos aromas de los que se puede prescindir, pero que recomiendo vívamente, al menos probar una vez, y es el vermut, sobre todo si no disponemos de vinagre de Módena, el comino en grano, y la hierba buena (menta) fresca, porque ambos aportan unos perfumes realmente sugerentes y muy veraniegos, que son además los que dan ese caracter exótico a la ensalada.

Variante nórdica 

A los alemanes y escandinavos les encanta comer ensaladas, no sé porqué será, porque con el frío que hace ahí yo me pasaría el día tomando caldos, pero bueno. El caso es que son los reyes de la ensalada, y meten en ellas hasta al marido si se descuida.

Esta es una variante, si aceptamos que lo principal de la ensalada oasis es preparar los vegetales en daditos, una forma que no solo obedece a un planteamiento estético, sino también práctico, porque de esta forma son muy faciles de comer.
Y no como suele ocurrir en casi todos los restaurantes españoles, en que el cocinero prepara con absoluta premetitación, saña y alevosía, los trozos de cebolla, lechuga y tomate, para que indefectiblemente el cliente se ponga perdida la corbata.

Esta variante se compone apio fresco (en Bélgica se usa el apio de bola, Celeri Rave, pero por aquí no se encuentra), arroz blanco (mejor integral, que es más sabroso y nutrutivo), zanahoria (muy ligeramente cocida), y gambas o pollo hervido.
Para el aliño se suele usar yogur ( o nata agría, pero aquí no se vende,y dispara las calorías), limón, un poco de aceite, sal y eneldo fresco picado.
Son sabores algo chocantes, pero muy interesantes, y con una de estas ensaladas, hemos comido como principes, y con pocas calorías.

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