Ensalada chilena
Desde un punto de vista antropológico, apellidar así a esta ensalada es cómo una horterada propia de ranchero oportunista, porque el tomate es originario de México, y la cebolla, el cilantro y el aceite de oliva son españoles, sin embargo, cualquiera que haya visitado ese país, sabrá que rara vez se sentará a una mesa donde no esté presente esta ensalada, algo así como el pan en las nuestras.
¿Es una simple ensalada de tomate con cebolla? Cuando la prueben verán que no, la mezcla de la cebolla cortada en pluma, los tomates maduros y el abundante cilantro, hacen de este plato algo diferente, incluso desagradable para algunos paladares no acostumbrados a él. Mi chica vivió en aquel país bastante tiempo y, cuando hicimos esta ensalada para acompañar unas humitas, lanzó un suspiro “¡Mhhhh! Esto sabe a Chile”.
¿Cebolla en pluma? Pues sí, otra peculiaridad de ese país que encontrarán a cada paso. Yo uso un cuchillo japonés para conseguirlo, un Nakiri bocho (菜切り包丁), porque no es fácil filetear una cebolla como hojas de papel, por eso lo llaman en pluma, porque se supone que pueden flotar en el aire como plumas de pájaro.
La receta
En realidad ya está todo dicho y solo interesa la idea, y que les guste, claro.
Hay que buscar tomates carnosos, maduros y con sabor, como los que se venden en La Vega de Recoleta, en Santiago, y en tantos mercaditos rurales de todo el país, no como los que importamos aquí de Holanda.
En España, además de los de huerta, que son los mejores, ya empieza a haber algunos con sabor, como los llamados Raf (Resistente al Fusarium) o los Corazón de buey, ambos muy carnosos y perfumados.
Las cebollas rojas o moradas, así llamadas por su color externo y capas intermedias, son muy potentes de sabor debido a su elevado contenido en antocianidinas como la cianidina, y en flavonoides, tanto que pueden ser resultar perturbadoras en muchos platos, pero así cortadas, aunque nos hagan llorar al preparar el plato, al recibir el aliño se convierten en una golosina, casi dulces.
Y respecto al cilantro, pues qué les voy a decir, o se adora o se repugna, así que cada cual actúe según sus gustos.
Cortamos los tomates en rodajas más bien finas y los ordenamos en el plato .
Cortamos la cebolla en láminas lo más fino posible, en pluma, y las repartimos por encima del tomate.
Ponemos abundantes hojas de cilantro y aliñamos sólo con AOVE y sal de escamas.
Esta ensalada es una deliciosa guarnición para pescados, carnes a la brasa y las deliciosas humitas, otro plato tradicional chileno con el que hace un maridaje insuperable.