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Bonito con mole

Bonito con mole
 
Bonito con mole

Publicado en el Diario El Comercio, año 1996

INGREDIENTES (4 personas) 

1 Kg de bonito (o atún)
1 cabeza de ajos
1 Cebolla
1 pimiento rojo
2 tomates maduros
1 cucharada de chocolate negro (70% de cacao) o mejor aún, de pasta de mole (sino se usa mole, conviene darle un punto picante con guindilla o chiles serranos)
1 copa de vino blanco seco o 1/2 de Fino de Jerez.
aceite de oliva

Esta curiosa receta debe tener su origen en la cocina azteca que probaron nuestros antepasados cuando colonizaron México ya por aquellas latitudes el chocolate no se tomaba en tabletas, sino como un condimento de cocina con el que hacían sus famosos moles.

Sin embargo la primera vez que la probé fue en Luanco, en Casa Néstor y aunque no se si será esta su receta, así es como lo preparo yo y me sale riquísima, salvando las distancias con mi estimada colega.

Contrariamente a lo que puede parecer no es en absoluto dulce ya que el cacao en sí es amargo y si lo conseguimos puro, habrá incluso que añadir algo de azucar para poder disfrutar de esta salsa.

Intervienen todos los ingredientes propios del mole, tomate, pimiento, cebolla y cacao, de modo que si tenemos algún invitado reticente a comer pescado con chocolate, podemos llamar al plato Bonito a la mejicana, o Bonito con mole, y cuando lo pruebe ya no dará marcha atrás.

La receta. 

En una sartén honda con medio dedo de aceite de oliva en el fondo, se ponen a dorar una docena de dientes de ajo, cuando estén blanditos se añade la cebolla picada groseramente y el pimiento cortado en tiras, se deja freir unos minutos hasta que ablande y antes de que empiece a tomar color, se añade el vino blanco, se rectifica de sal, y se pone el bonito, se tapa y se deja cocer unos veinte minutos.

Esta primera parte del guiso tiene como objetivo que la salsa deje bien jugoso el bonito ya que es una de las particularidades que tiene la cebolla, así pues debe hacerse a fuego suave para que el tronco apenas pierda su grasa y sin embargo absorba parte de la salsa. Para que la cebolla actúe mejor conviene cubrir con ella bien el pescado.

A media cocción se le da la vuelta y cuando ya esté bien hecho y empiece a tomar color, se retira y se reserva tapado entre dos platos soperos.

Para terminar la salsa pondremos el tomate pelado, picado y sin pepitas, dejamos que hierva unos diez minutos y espolvoreamos el cacao.

A partir de este momento la salsa es peligrosa porque se puede pegar con facilidad si no se está atento, así que se deja dar solamente un hervor suave y se pasa por el chino o por el pasapurés.

Se prueba y se corrige de sal, se puede alegrar con un poco de limón y si resulta ácida o amarga, se puede rectificar con un poco de azucar.

El color pardo oscuro de la salsa permite que unos adornos tan simples como unas bolitas de colores hechas con zanahoria y nabo, y un picadillo de cebollino resulten muy vistosas y alegren increiblemente el plato.

También le va muy bien y resulta muy vistoso ponerle unos granitos de maiz dulce, del que vende en lata, así se reafirma su origen azteca y si disponemos de tortillas de ese mismo harina, entoces ya ni Moctezuma.

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Escrito por el (actualizado: 13/04/2014)