Cocina en miniatura

Sin llegar a laconismo propio de la RAE que define el pincho como “Porción de comida tomada como aperitivo, que a veces se atraviesa con un palillo”, para mí un pincho fue siempre una golosina salada, una tentación de barra cuyo mayor aliciente era ponerte ciego de todo lo que prohibía el régimen (me refiero al dietético, no al de Franco) y así, al llegar a casa y enfrentarte a esas temibles acelgas, poder decir: “Mira, casi que no voy a comer porque estoy un poco estragado”.

Pero otro requisito fundamental (de ahí seguramente lo del palillo del DRAE), es que había que comerlo con la mano, como las croquetas, que no creo que haya mayor horterada que comerlas con cuchillo y tenedor, como hace la gente que acude a las bodas y banquetes.
Pero hete aquí que nuestro amigo Peio García Amiano, hace poco más de un lustro, sacó un maravilloso libro en que asoció el concepto “Pincho” a “Alta Cocina en miniatura”, y ha montado tal marimorena que hasta RGS, en su última feria de LMG, casi se la ha dedicado a esta modalidad culinaria (desde que Barcelona se dice BCN, para estar a la última, solo se pueden usar siglas, como por ejemplo HQJ, para decir: ¡Hay que joderse!)
No vamos a comentar el penoso ridículo que hizo ese lamentable personaje que quiso robar el protagonismo del evento que se celebrará los días 12, 13 y 14 en San Sebastián, nada menos que la I Feria & Congreso Mundial de Cocina en Miniatura, un acontecimiento que hacía años que se llevaba preparando y que por fin ve la luz con un bombo que probablemente se convierta en el mayor espectáculo gastronómico de los últimos años en España (me imagino que el año que viene querrán copiarlo en Madrid, claro, porque eso de que San Sebastián de campanazos que suenen por toda Europa, parece que les despierta el patriotismo).
Hay tal cantidad de actividades que les aconsejo que entren en su web dpintxos.com, pero, además de premios como el Arzak de Oro al mejor pincho, el concurso de barras o hasta un túnel del pincho, creo interesante reseñar que participan cocineros de la talla de:

• Ed Brown (Restaurante Sea Grill, New York)
• Koji Fukaya (Restaurante Vascu, Japón)
• Sumito Estévez (Instituto Culinario de Caracas, Venezuela)
• Benito Molina (Restaurante La Manzanilla, Baja California)
• Bruno Oteiza (Restaurante Bico, México D.F.)

Además de los españoles:

• Juan Mari y Elena Arzak (Restaurante Arzak, Donostia)
• Pedro Subijana (Restaurante Akelarre, Donostia)
• Andoni Luis Aduriz (Restaurante Mugaritz, Oiartzun)
• José Ramón Elizondo (Bar Aloña Berri, Donostia)
• Sergi Arola (Restaurante La Broche, Madrid)
• Carles Gaig (Restaurante Gaig, Barcelona)
• May Hofmann (Escuela-Restaurante Hofmann, Barcelona)
• Sacha Ormaechea (Restaurante Sacha, Madrid)

Habrá talleres de trabajo, mesas redondas, concursos y en definitiva, un zafarrancho como el de los Óscars de Holliwood, pero a base de Pinchos, o mejor dicho, de “Alta Cocina en miniatura”, porque por mucho que el amigo Peio se esfuerce, si no se pueden comer a mano y mancharse uno la corbata de aceite, eso no son pinchos, si no mariconadas.