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Caserecci a la napolitana

 

Septiembre 2009

INGREDIENTES  

300grs de Caserecci
1 tomate maduro

aceite virgen extra

Queso Parmigiano Reggiano
Orégano

Es muy probable que nadie haya probado esta receta en Nápoles, una ciudad que adoro por su anarquía y que, encima, ahora está limpita, pero es que, si en España, hasta el último manguán bautiza una merluza rebozada con el nombre de su pueblo, en Italia ya es de coña, porque no hay tres recetas de “alla romana” que tengan algo en común.

En general, podemos aceptar que una receta que lleve un sofrito de ajo,  salsa de tomate, albahaca y queso Parmesano, se llama "a la napolitana", mientras que si lleva pesto, será "alla ligure" o genovesa (Liguria es la región y Génova la capital), si va rebozado en huevo y harina se dice "a la romana", si lleva alcaparras, anchoas y aceitunas negras, sería "a la siciliana", y si lleva salsa de nata, pues "a la piamontesa".
Ya en la receta de los Spaghetti carbonara , abordamos el conflicto semántico de la cocina italiana, porque en casi todos los restaurantes preparan la “carbonara” con nata, cuando en realidad lo que debe llevar es huevo crudo batido, ligeramente emulsionado al baño maría, como un sabayón, así que hoy, les doy solo cuatro pistas más o menos aceptadas universalmente, y que por supuesto les serán furiosamente rebatidas por cualquier italiano, porque si los españoles, que tenemos la mitad bañada por el Mediterráneo y la otra por el Atlántico, ya somos temperamentales y furibundos, pues los italianos, imagínense. 
Para hacer una gracia, pueden decirle a un napolitano que su ciudad fue española durante siglos y que por eso es por allí por donde entró en Italia la costumbre de la salsa de tomate. Si no se inmuta, pueden insistir con el argumento de que el origen de la pizza es español, bueno, catalán, las deliciosas cocas. Si con eso no le ha partido la cara, es que, o es completamente sordo, o le quiere vender un Rolex de pega. 
Respecto a los caserecci (algunos productos dicen casarecci, pero el término correcto es este), en realidad son un concepto genérico que significa “casero”.
Por ejemplo, cuando veamos los famosos “Pane casereccio” que se enuncian en todas partes, eso solo quiere decir “Pan casero”, aunque venga envasado en un blister de una macro fábrica industrial.
Así podemos encontrar Gnocci caserecci, Ravioli caserecci, Spaghetti caserecci, etc.
He puesto este nombre porque es el que venía en el paquete, así que no pidan más cuentas, que ya estoy cansando de dar explicaciones.
Si quieren saber como se llaman las pastas, entren en Barilla, De Cecco, Sanmichele, o donde les de la gana, porque esto de la pasta es un negocio de tales dimensiones, que los trapicheos de marcas blancas y "supuestas", es un laberinto en que hasta yo me pierdo.
Estos Caserecci sonde la marca DeLeonardo, pero, rastreando hasta encontrar su verdadero origen, he comprobado que se trata de una cosa llamada Grupo Alimed, que, en su web, ofrece marcas como Ambra, Pedrone, Jesce, Pirro, y Fioravanti, pero lo más cachondo es que, DeLeonardo, no existe, así que lo habrán fabricado para María Santísma.
Después de tantas chorradas, hasta se me han quitado las ganas de comérmelos, menos mal que me los zampé ayer de guarnición con unas deliciosas Carrilleras de cerdo ibérico a la italiana.

La receta. 

En realidad no hay misterio, porque las instrucciones vienen en el paquete, en este caso, ponemos abundante agua hirviendo, sal, aceite y diez minutos de cocción. Yo les dí solo ocho, porque me gusta la pasta al dente y esta pasta es muy sabrosa. Además, como había que calentarla después con el aliño, pues mejor dejarla un poco durita.
Se escurre, se devuelve a cazuela y se aliña con unos daditos de tomate crudo, pimienta negra y queso Parmesano recién rallados ambos, orégano y un aceite de oliva virgen con bastante sabor, porque el aceite napolitano tiene mucho cuerpo.
Se remueve un poco y se deja al calor para que el tomate se temple y el queso se funda un poco. En esta foto se ven bolitas de queso, pero es que, como mi Parmesano estaba ya en estado pétreo, pues en vez de rallarlo, lo piqué en la minipimer y quedó en este lamentable estado, pero estaba muy rico.

Maridaje 

Toda la pasta es buena compañera de tintos, incluso de grandes vinos difíciles de maridar.
En esta ocasión, como la había puesto de guarnición de unas carrilleras “alla ligure”, pues fueron estas las que dominaron el criterio, pero para tomarlos solos, yo me iría a un Casa de la Ermita Petit Verdot 2004 , un vino con mucha personalidad y que recuerda a ciertos grandes vinos del Piamonte, sobre todo de Langhe, aunque como los italianos bautizan a sus variedades como les da la gana, pues no sé si habrá por allí Petit Verdot.
Escrito por el (actualizado: 09/04/2014)