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Caldereta ribereña

Caldereta ribereña
 
Caldereta ribereña
Caldereta ribereña

Publicado en el diario Diario El Comercio, año 1999.

INGREDIENTES (4 personas) 

1 Kg de salmón
1 cebolla
2 zanahorias
1 pimiento verde y otro rojo
1 tomate maduro
aceite de oliva
2 vasos de vino blanco seco
3 patatas

Obviamente, cuando un servidor era pescador de salmones, no esperábamos hasta que estos picasen para preparar lacaldereta, porque aquellos tiempos en que los plateados principes saltaban solos al "prau", a pesar de algunos eufemismos populares, terminaron con el siglo, o al menos con la guerra civil, y por ello, era mucho más recomendable incluir en la compra del día anterior, un buen kilo de salmón noruego, que por mucho que digan algunos patrioteros, está excelente.

Sí debió ser cierto que los trabajadores que hicieron la primera presa del Narcea comiesen a diario este pescado, porque así lo afirma Mario Rosso de Luna, que es cronista de fiar, pero mi padre q.e.p.d., ya nos lo contaba como una anécdota, y eso que él era pescador de antes de la guerra civil.

En cualquier caso, ni hoy, ni me temo que en muchos años, podamos ir a comer al río contando con lo que saquemos, así que le pediremos al pescadero que nos prepare una buena cola de salmón, limpia de piel y espinas, y troceada en tacos de unos dos dedos de grosor.

La receta 

El guiso es de lo mas sencillo, porque tanto los marmitones que preparan el rancho de los marineros en alta mar, como los cocinillas que lo hacemos en la ribera del Sella, disponemos de pocos recursos, y a pesar de ello, quizás contando con la transigencia que da la fame de nuestros comensales, lo que pretendemos es lograr un plato sabroso y nutritivo, en el menor tiempo posible.

¿Es entonces un guisote rápido?
Pues sí, casi instantaneo.

En una olla ponemos a freir la cebolla picada fina, junto a la zanahoria, pelada y cortada en trozos, y los pimientos lavados e igualmente partidos en arandelas.
Cuando empiece a tomar color, añadimos el tomate (a ser posible pelado y sin pepitas), y regamos con un par de buenos vasos de vino blanco seco.

Debe cocer unos minutos hasta que se evapore el alcohol, y a partir de ahí, se incorporan las patatas (peladas y partidas en cachelos, o sea, groseramente en trozos del tamaño aproximado de un huevo). A veces le pongo también una lata de guisantes, que es una hortaliza muy propia de la zona de Cangas y que están en sazón cuando se abre la veda.

Echamos sal, y dejamos cocer un cuarto de hora, que será más o menos lo que tardan en hacerse las patatas.
Esto se puede dejar hecho con antelación, y al momento de comer, recalentar y cuando vuelva a hervir, se retira, y se incorpora el salmón en crudo, ya que solo con el calor residual, se cocerá perfectamente en su punto.

 En realidad esta receta la inventé en el año 1983 con motivo de las Iª Jornadas del salmón y el cava. Fue un plato que tuve en carta en mi restaurante durante años porque gustó mucho. Lo gracioso es que, desde que publiqué la receta en este periódico (Diario El Comercio año 1999), esta se convirtió en un plato tradicional asturiano de toda la vida.

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Escrito por el (actualizado: 02/02/2015)