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Conflicto del Parásito Dominante (CPD)

 
Julio 2009
 

Una de las consecuencias sociales más visibles y peligrosas de la perdida del Principio de Respeto Jerárquico (PRJ), es que, ciertas clases sociales parasitarias, por una permisividad antisocial y antinatural que solo se puede explicar desde posturas demagógicas, adquieren un rango dominante, que desequilibra gravemente la convivencia armónica de una sociedad productiva.

En España vivimos el grave conflicto creado por los gitanos, una etnia parasitaria que convivió durante siglos en un estado de semiconflictividad, ya que su cultura nómada, les incitaba al robo, la suciedad, la promiscuidad, las conductas violentas habituales entre sus miembros y con las sociedad en que se asentaban, etc.

Las represiones contra los actos delictivos que propiciaba su “cultura”, llevó a la situación grotesca de considerarlos como una etnia perseguida y castigada por el fascismo militar de las distintas dictaduras que gobernaron este país, cuando los arrestos se realizaban con la misma injusticia que padecía el resto del pueblo español.
Este planteamiento, absolutamente demagógico aunque se barnice con una pátina de falsa culpabilidad (nadie les persiguió por gitanos si no por ladrones), incurre en un gravísimo delito contra la Constitución, ya que otorga una larga serie de prebendas, cuyo perfil es tajantemente xenófobo al discriminar a los “payos”, o sea, los trabajadores contribuyentes, que han colocado a estos individuos como una clase claramente dominante (léase Nuestro Penoso Estado de Derecho), que se saltan las leyes a la torera, incluso como demostración de poder, y hasta se permiten atemorizar a los ciudadanos con actos vandálicos y amenazas físicas en caso de denuncia.
Este conflicto es relativamente raro en la Naturaleza ya que cada animal o manada, admite a ciertos animales parasitarios con los que convive en armonía simbiótica, pero procura desprenderse siempre de aquellos que les son hostiles, como suele ser el caso de ciertos insectos, ácaros o arácnidos, como las garrapatas, pulgas, ladillas y demás.
En 1970, cruzando el estado de Kentucky, comprobé como sus bosques estaban invadidos de unas hiedras que cubrían los árboles hasta las copas. El resultado fue tan devastador, que la administración tuvo que tomar medidas para que la plaga no se expandiese a otros estados, talando miles de hectáreas y pegando fuego a los rastrojos para eliminar su forma de reproducción.
En el mundo animal también hay plagas que han puesto en peligro a grandes colectivos, llegando incluso hasta su exterminio, pero ningún animal, ya sea de forma independiente o como manada, ha permitido que una colonia parasitaria hostil, medre en su territorio hasta convertirse en una Masa crítica sociodinámica, es decir, un grupo que adquiere una dinámica propia, que le permite sostenerse y crecer por sí misma.
Por esto estudiamos el CPD como un conflicto social humano, de nueva aparición, ya que hasta mediados del siglo XX este tipo de comportamiento era inaudito, y por tanto de consecuencias imprevisibles, no analizables mediante estadística. 

Leyes antisociales 

Una de las herramientas de que dispone la sociedad actual, son los tribunales de Justicia.
Como ya explicamos en Nuestro Penoso Estado de Derecho , España se caracteriza por tener un sistema penal tan grotesco que me niego a utilizar la palabra Justicia, y como consecuencia de este degenerado sistema judicial, nos encontramos con crímenes tan espantosos como los que tenemos que tragar cada día en las noticias de la televisión, radio o prensa.
Además de los que ya genera el API, en nuestro entorno nos encontramos con que este conflicto de Parásito Dominante (CPD), implica conductas cada vez más delictivas ante la impunidad de la justicia.
Durante la redacción de este trabajo, se informó que en Baena, dos violadores habían quedado en libertad y exentos de juicio, uno por ser menor y otro por ser descapacitado. Los cinco canallas habían violado una tras otro a una pobre niña que habrá que ver si es capaz de superar el trauma.,
Otra noticia que se publica hoy es la sentencia contra el llamado “Asesino de la guadaña”, otro parásito que se había colado en una cabaña de la localidad asturiana de Vendillés, en el concejo de Yernes y Tameza, y que, al ver al matrimonio de ancianos acerarse a su propiedad, se lanzó contra el pobre y honesto paisano, lo derribó de un estacazo y luego se ensañó con él, machacándole la cabeza y hasta clavándole dos guadañas a guisa de empalamiento. Se valoró el estado psíquico del pobre chico por una posible psicosis, provocada por el abuso de cocaina.
Podríamos escribir muchos tomos con solo consultar las hemerotecas de los últimos años, pero lo que planteamos en este estudio es el daño que está provocando la falta de respuesta de la sociedad, ante estos colectivos de Parásito Dominante (CPD), porque la semana pasada salío a la luz el caso de una chavala de Pravia que había tenido que huir de su pueblo, por haber denunciado a unos gitanos que robaron en la tienda en que trabajaba. Desde su exilio, contó a la prensa cual había sido la conducta de los tribunales, que no solo dejaron el libertad a los criminales, si no que no prestaron ningún tipo de ayuda a la víctima, que durante meses sufrió de un acoso violento, con insultos públicos en plena calle y hasta agresiones físicas.

Mendigos parisinos 

Una de las cosas que más me sorprendió de mi último viaje a París, fue la aparición de esta nueva clase social: los mendigos parisinos.
El progresista gobierno francés tiene establecido un sistema llamado R.S.A. (Revenu de Solidarité Active), mediante el cual los mendigos cobran 500€ al mes, además de disfrutar de todos los servicios sociales de forma gratuita: transporte, sanidad, medicinas etc., con lo que un trabajador mileurista, al final de mes, gana menos que un mendigo, así que cada día hay más borrachos tirados por las calles.
Dicho así parece una tontería, pero ¿se imaginan ustedes que en la puerta de su casa o de su negocio, se monten la juerga una docena de marranos, vomitando, meando, rompiendo botellas, metiéndose con los transeúntes y hasta haciendo obscenidades que no quiero detallar? Bueno pues eso es el París del siglo XXI, porque en las calles de Lagrange, Dante, Bd. Saint Germain, etc., entre la Sorbonne y la Catedral de Notre Dame, el 5º Arrondisement, o sea, el barrio más chic y turístico de Francia, allí cada día se juntan varias pandillas que empezaban a darle al frasco desde el amanecer hasta caer redondos por cualquier acera. ¿Se puede consentir? Pues sí, porque la policía ni acude a las denuncias ya que las leyes amparan a los vagabundos y no a los contribuyentes. En fin, solo rezo para que la ministra Salgado no vaya a París a coger ideas.
Eso sí, la policía parisina da mucho ambiente a las calles, porque durante el día, sea cual fuere el punto en el que estemos, pasará una sirena a toda mecha en una cadencia de unas cinco o seis por minuto, o sea, una música celestial (desde que existe el RSA ya no hay acordeonistas por las esquinas, que era el sonido del viejo París).
Este claro ejemplo de CPD, está provocando un aumento exponencial de no contribuyentes, que muchos trabajadores han comprobado como haciéndose mendigo, aunque no vagabundeé ni se emborrache, gana en calidad de vida y hasta en economía, mucho más que si se matase a trabajar, incluso con horas extra.

Conclusión catastrofista 

Cantaba el poeta griego Hesiodo en su Magna Obra “Teogonía”, que la historia de la Humanidad se dividía en cinco edades. Esa quinta, la última, en la que desaparecía la raza humana (en la Antigüedad se consideraba que el Hombre solo existía en el limitado espacio que ellos conocían, es decir, que se referían a su cultura), se caracterizaría porque no se guardarían las reglas, ni los padres serían respetados. 
Escrito por el (actualizado: 10/08/2015)