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Viña Ardanza 2001

Viña Ardanza 2001
 
Viña Ardanza 2001

Bodega: La Rioja Alta
DO
: Rioja
Uvas
: 80% Tempranillo, 20% Garnacha
Crianza
: Tres años en barrica de roble americano
P.V.P
.: 15 €
www.riojaalta.com


Extracto del libro La Bodega en casa y sus maridajes, del que pueden ver más pinchando en +

Un reserva clásico de Rioja 

Gracias a las nuevas técnicas de vinificación, la presencia de la uva en los vinos es mucho más notable, por lo que el terruño se manifiesta más y así ya hablar de un Rioja como vino genérico, es absurdo, porque hay cientos de riojas totalmente diferentes, pero el estandarte de los clásicos sigue en el viejo barrio de la estación de ferrocarril de Haro, el origen de lo que hoy es este vasto imperio vitivinícola.

Las grandes bodegas de Haro han sabido fidelizar a sus clientes haciendo cambios tecnológicos con los que mejorar la calidad de sus vinos, pero manteniendo inalterable ese sello de sabores tradicionales, en la línea de los antiguos vinos bordeleses que fueron quienes marcaron el carácter del Rioja de Haro.
Desde que tengo uso de razón, y ya ha pasado medio siglo, decir Viña Ardanza fue siempre un signo de distinción, pero lo curioso es que, a diferencia de otras bodegas famosas que se han ido quedando obsoletas, esta mantiene todo su vigor a través de mejoras constantes, pero manteniendo ese mismo corte clásico, el de los vinos con hache (de Haro), como dicen los castizos de La Rioja.
El coupage con Garnacha es una de las claves de su personalidad, porque esta uva aporta una carnosidad única que ensambla de maravilla con esa larga crianza y la potencia de la tempranillo de las tierras calcáreas del corazón de La Rioja Alta donde esta bodega tiene sus viñedos (Labastida, Fuenmayor, Cenicero...).
Dicen que pronto añadirán Graciano, mi uva preferida, y puede ser un remate brillante.

Con qué disfrutar de este vino   

 Para los incondicionales de este vino, no hay comida que no esté buena con él, y he de reconocer que yo me llevé grandes sorpresas, como constatar que los percebes maridaban de maravilla con estos sabores de crianza, mejorando ambos productos con el matrimonio.
Pero la verdad es que no todo el monte es orégano, porque aunque los riojanos digan que no hay nada mejor que un clásico para acompañar un buen chuletón, esas poderosas carnes rojas hechas al fuego de leña, claro que están exquisitas, pero el vino pierde la mayoría de sus atributos, toda su fuerza y elegancia.
En esta ocasión he propuesto un guisote con nombre italiano, aunque en La Rioja se conoce como zancarrón, y es que, con esa salsita de cebolla y zanahoria, el conjunto resulta ligeramente dulce y así los sabores del bouquet no se ven alterados, sino más bien reforzados, con lo que el vino sale ganando y el maridaje resulta impecable.
Quizás en el Levante español un guiso de esta envergadura suene como algo solo al alcance de la alta hostelería, sin embargo por el norte es muy frecuente que una panda de amigos se reúnan en un choko para merendarse unos buenos zancarrones, y como la receta es sencilla, pues así queda.
Escrito por el (actualizado: 06/07/2014)