Restaurante La Corrada del Obispo

Es difícil decidir si les recomiendo esta casa por la calidad de su cocina o por el preciosismo de sus comedores, ya que ambos juegan un papel sobresaliente en el ya de por sí abultado elenco de grandes restaurantes que ofrece esta ciudad.

A espaldas de la Catedral, esta antigua casona burquesa, fue meticulosamente reconstruida por Luis, respetando los habitáculos, ya que cada techo, cada pared, cada rincón, son una pequeña obra de arte, un sueño para los admiradores del Art Decó. Es un comedor para ir a soñar, a enamorarse, a seducir, porque no hay corazón que se resista ante tanto glamour.

En cuanto a la cocina, Carlos, que es hermano de Luis Alberto, el de Casa Fermín, ha sabido dar con el equilibrio perfecto entre lo elegante y sofisticado que requiere el entorno, pero a la vez manteniéndose en su carácter riojano, o sea, que cuando se come, se come, que una cosa es el amor y otra pasar hambre.

Sus preparaciones, como el bacalao que aparece en la foto, son de sabores tajantes, contundentes, de más peso de lo que aparentan a simple vista en que la decoración los aligera hasta el extremo de parecer creaciones de Nueva Cocina.

Después de la cena y si el asunto del amorío va por buen camino, antes de volver por las empedradas calles peatonales, en el mismo edificio hay un confortable pub para tomar una copa.

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