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Buñuelos judíos (sin gluten)

Buñuelos judíos
 
Buñuelos judíos

 Como ya les comenté en el artículo Buñuelos sin gluten, el origen de esta golosina se sitúa en Oriente próximo, lo que se llamaba Fenicia y hoy engulle a varios países cómo Líbano, Israel, Siria, incluso el sur de Turquía, o sea, la costa oriental del Mediterráneo, el balcón por donde asomó por primera vez el trigo para conquistar poco a poco toda la cuenca.
Diversas masas elaboradas con esta harina, fueron desarrollándose, como panes y por supuesto, buñuelos, ya que era zona de olivares y por tanto el aceite abundaba.
Hoy día siguen haciéndose mil variantes, pero las vegetarianas son las más frecuentes, así que les presento una que me agradó particularmente en un viaje a Haifa.  

Ingredientes

1 Cebolleta
1 manojo de hierba buena fresca
1 manojo de perejil
1 paquetito de espinacas
2 dientes de ajo
50 g de piñones ligeramente tostados (si no hay nacionales, mejor usar pistachos o almendras marconas).

2 huevos
200 g de harina sin gluten (100 de arroz, 50 de garbanzos y 50 de Maizena)
Levadura sin gluten.
Aceite de oliva virgen extra.
Sal y pimienta. 

Elaboración

Picamos muy finamente el ajo, incluso con un prensador.
También en fino, pero no de picadora, la cebolleta, las hierbas y los frutos secos.
Removemos bien esta pasta con la sal y la pimienta, y reservamos.
Para la masa, mezclamos bien el mix de harinas (se puede usar de Schär sin gluten), la levadura, sal y pimienta y las yemas de huevo.
Levantamos las claras a punto de nieve e incorporamos con una espátula, procurando que no se “caíga” demasiado.

Ponemos a calentar abundante aceite en un cazo y, mientras coge buena temperatura (no hace falta que humee porque se quemarían por fuera y quedarían crudos en el interior), mezclamos la masa con los ingredientes aromáticos. Debe homogeneizarse bien.
Hacemos unas bolitas del tamaño de nueces (crecen algo durante la fritura), y las freímos por tandas para que no se peguen entre sí. Se sacan a un papel absorbente y se sirven acompañadas de una ensalada de canónigos y/o una salsa Tzatziki (Salsa de yogur y pepino).

 

Maridaje

Cualquier vino blanco, incluso rosado, acompañará bien este aperitivo, aunque el más agradable es un cava brut nature.
Si optamos por un blanco, mejor afrutado, que hay legión, desde uvas gallegas, como Albariño, Treixadura o Godello, hasta los castellanos de Verdejo o algunos catalanes. 

Escrito por el (actualizado: 02/11/2018)