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Brócoli gratinado a la florentina

Brócoli gratinado a la florentina
 
Brócoli gratinado a la florentina
Brócoli gratinado a la florentina

Julio 2014

INGREDIENTES 

2 brécoles
¼ nata líquida
2 puerros
1 cebolla
2 huevos
100 grs. de Parmesano
¼ Kg de queso Emmental
Orégano, sal y pimienta

Hace unos cuantos años, a principios de siglo, probé un brócoli en una antigua casa de comidas de Florencia llamada Del Fagioli (si pretenden ir, ármense de paciencia porque no reservan mesa y está siempre a reventar), que me dejó perplejo por su exquisitez (la verdad es que se come de alucinar, aunque tienen bastante cuento, como todos los italianos). 

Hice bastantes pruebas y, aunque casi siempre obtuve resultados más que satisfactorios, nunca logré aquellos sabores tan templados y deliciosos como los que me brindó la cocina tradicional toscana.
Hasta hoy, claro, porque mi niña había comprado una de estas coles y, al probar el plato, me dije “Mamma mia, la ricetta fiorentina”, y menos mal que ya había hecho las fotos, porque sino no queda ni la muestra.
Como ya he probado tantas formas y nunca me ha salido así de rico, no voy a buscar explicaciones y les diré sencillamente lo que hizo mi linda cocinerita, aunque sé que la combinación de puerro y cebolla es muy habitual en esa región, de modo que puede que vayan por ahí los tiros.
Esta receta se puede servir de primero, como guarnición o hasta como plato único, que es como la comimos hoy y quedamos felices como perdices. 
Lo de poner almendras marconas fritas y picadas fue una aportación mía para que la foto resultase un poco más resultona, pero la verdad es que le pegaban bien.

La receta 

Como uno de los mayores atractivos de esta col (Brassica oleracea italica) son sus virtudes alimentarias (antioxidante, antiviral, antibacteriano, anticancerígeno,hipotensor, cardiosaludable, etc.), pues procedemos a su cocción mediante vapor, porque según los entendidos, si se hierve pierde hasta un 77% de sus propiedades.
Así pues, se separan las inflorescencias, se lava bien (al hacerlo al vapor, hay que lavarlo bien porque si no quedarían todos los posibles contaminantes, pesticidas, conservantes, etc.) y lo ponemos en la vaporera durante unos diez o doce minutos. Mientras, preparamos un bol con agua fría y hielo y, cuando veamos que está blandito, lo pasamos al frío para que se contraiga y recupere su color verde intenso.
A la vez, o como mejor se nos arregle, podemos ir picando la cebolla y el puerro, y sofriendo esta picada en AOVE hasta que empiece a coger color. Hay que sazonarla con sal y orégano (aunque no les gusten las especias, pongan esta hierba porque no se nota en el resultado, pero seguro que algo tiene que ver).
En un bol grande, batimos los huevos con la leche, el queso Parmesano recién rallado, un poco de sal y pimienta negra molida al momento.
En la bandeja del horno, bien untada de mantequilla, colocamos las flores de brécol como se ve en la foto derecha, vertemos el sofrito por encima, el huevo batido y terminamos repartiendo el queso Emmental picado en daditos como garbanzos.
Hay que hornearlo a unos 180ºC durante media hora, pero realmente ha de ser el color tostado lo que nos indique el punto, porque con los hornos domésticos no hay que fiarse mucho de los termostatos.
Coge mucha temperatura, pero también se enfría con facilidad, así que es mejor llevarlo a la mesa en la misma fuente, porque si lo emplatamos, puede arruinarse todo el invento (es importante comerlo bien caliente).

Un vino para cada plato 

Las coles tienen compuestos azufrados que nos pueden dar algún que otro disgusto a la hora de maridar el plato (de ahí el olor fétido que desprenden durante la cocción), así que busqué un vino especialmente afrutado, premisa que suele darme buenos resultados con la mayoría de hortalizas. Escogí un Milflores del 2013, un rioja muy ligerito que al arrimarse a estos platos comprometidos, se crece y resulta delicioso. Como es preceptivo, lo serví fresquito, a unos 12ºC, y nos redondeó la faena, porque hasta parecía tener esos toques florales de los nuevos vinos de la Campania, los “novelli” de uvas Anglianico y Piedirosso, lo más con que podía soñar recordando aquella comida del Corso dei Tintori.
Escrito por el (actualizado: 10/04/2017)