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Huevas de mújol

Huevas de mújol y mojama de atún
 
Huevas de mújol y mojama de atún
Huevas de mújol y mojama de atún

Agosto 2015

INGREDIENTES para cuatro personas, dos platos como los de las fotos

50 g Huevas de mújol
100 g Mojama de atún
50g Almendra largueta tostada
1 Latita de olivas negras
 

En realidad esto no es una receta, pero lo pongo en este apartado porque me ha parecido uno de los bocados más deliciosos que he probado en mi vida, de modo que quiero compartirlo con ustedes porque merece la pena.

Siempre había elegido las huevas de atún porque pensaba que debían ser  las más sabrosas, pero nunca las de mújol, quizá porque en Asturias los muiles (aquí se llaman así), nos dan mucho asco ya que viven en las bocas de las alcantarillas de los ríos.
Bien es cierto que hay unas lisas de mar que son tan finas como las lubinas, de hecho yo las pescaba a arpón cuando vivía en Castropol, sobre todo frente a la playa de Arnao, y nada tenían que envidiar a las lubinas salvajes que se pescaban en dicho estuario. Eso sí, han de comerse recién pescadas porque su carne se descompone muy rápidamente.
Pero vamos con las huevas porque han sido un descubrimiento, bueno, para mí, porque parece que el resto de la Humanidad las lleva comiendo en los cinco continente desde tiempos inmemoriales.
Los capitones se adaptan a cualquier hábitat, de hecho los asturianos les tenemos asco porque modifican su ósmosis al agua dulce y remontan los ríos comiéndose las larvas de trucha, salmón y todo lo que pillan, terminando por asentarse en los desagües de los mataderos, como el de Cangas de Onís, mi pueblo, donde son un hervidero.
Ya he usado cuatro nombres, pero hay casi una docena, así que perdonen mi pedantería, pero para un día que puedo escribir sin repetir veinte veces el mismo, pues déjenme disfrutar.
Decía que es costumbre ancestral comer estos bichos, así como sus huevas (hay jeroglíficos que demuestran que las comían los egipcios hace 3.500 años). Vamos con algunos nombres, de lo que en español debería llamarse botarga, para que vean la proyección tiene esta golosina:
  • Italia: bottarga
  • Occitania: boutargue
  • Francia: poutargue
  • Egipto: batarekh
  • árabia: بطارخ  (Pronunciado batarej)
  • Grecia: αυγοτάραχο (pronunciado avgotarajo)
  • Taiwán: 烏魚子     (pronunciado wuyutsu)
  • Corea 명란젓 (pronunciado myeongran jeot)
  • Japón: 鱲子 (pronunciado karasumi)
Y yo sin enterarme.
La cuestión es que acaba de llegarme desde la otra punta de España, Alicante, vía mensajero, la mejor hueva que he probado en mi vida. La elaboran en Elda pero solo se pueden comprar a través de Alicante delicatessen (los fabricantes venden a Hipercor y no quieren saber nada de la plebe), una pasada, sabía a erizos de mar, y por supuesto era esta, la de mújol, así que ya entiendo por qué los nipones se vuelven locos por el karasumi, el bocado más codiciado para acompañar el sake.
No si se deberá al hecho de que estaba recién procesada, porque como tardaba un poco, mi mujer llamó a Alicante (los de Elda ni contestan) y le dijeron que el motivo era que estaban terminando de prepararla, así que nos llegó reciente, quizá de ahí ese increíble sabor que empezaba por recordar a los orejones de albaricoque y, cuando desplegaba los aromas, te llegaba un intenso perfume a oricios, una de mis golosinas preferidas.

La receta 

Quizá un día pruebe una especialidad de Cerdeña que es la pasta con botarga, spaghetti alla bottarga, pero de momento, como ven en la foto, me he limitado a servirla de aperitivo con un poco de mojama (de la misma casa), rociado con AOVE de Arbequina, y unas almendras tostadas y unas olivas negras para adornar.
Me dice una blogera gastronómica, Carlotta Casciola, que su plato preferido es la pasta con huevas, según ella, receta siciliana, concretamente de Mazara Del Vallo. Me imagino que serán los spaghetti alla bottarga, así que le pediré la receta y probaré, eso sí, con la siguiente remesa, porque está demasiado buena parahacer experimentos.

Un vino para cada tapa 

Manzanilla, sin alternativas. Bueno, quizá un cava, pero esa combinación de temperamentos fríos y cálidos, la dulzura de la hueva, la bravura de la manzanilla, ese toque almendrado del vino contrastando con los marinos a erizos, de verdad que es un espectáculo. Mi preferida es la Solear, hasta la he recomendado en mi último libro con los Nachos.
Escrito por el (actualizado: 24/08/2015)