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Almería ¡rodando!

 

Publicado en el libro, Mis mejores Escapadas de Golf y Gastronomía, que salió al mercado en 2006 y ganó el premio Gourmand World Cookbook Awards como la mejor guía de turismo del mundo de ese año.

 Disculpen el lamentable retruécano, pero es que, cuando uno recorre esta provincia, no  puede por menos que recordar aquellos Westerns que se rodaron durante los años setenta en estos desiertos.

Luego, atraídos por sus más de 300 días de sol al año, llegó la Walt Disney con su EuroDisney, un fabuloso proyecto que hubiera convertido estos desiertos en la provincia más rica y famosa de España. Pero corramos un tupido velo porque a un servidor le tocó estar en medio de aquel fregado y les aseguro que, después de la restauración de la Inquisición por Fernando VII, esta fue una de las vergüenzas más sangrantes de nuestra historia.

Ahora le toca el turno al golf, pero todavía está todo en rodaje ¿Han pillado el penoso juego de palabras?

Almería es un espacio realmente singular, es donde da la vuelta España, de hecho, en la jerga turística local, a la costa de Mojácar se le llama Levante y a la de la capital, Poniente.

Esto indica otra cosa, y es que Almería está lejos de todo, como Chile. Incluso es difícil obtener información vía Internet, casi la única forma es entrando en  http://www.indalia.es y a partir de ahí seguir pistas.

Nadie pasa nunca por Almería, allí hay que ir ex profeso, sin duda ese ha sido el motivo de retraso inmobiliario, pero ¡ojo!, que han cogido velocidad y aquello va de vértigo.

Les cuento todo esto porque la Escapada viene un poco con alfileres, sobre todo teniendo en cuenta las dificultades de acceso, no solo desde mi pueblo, que supone más de doce horas de coche sin parar ni a hacer pis, sino desde cualquier punto central como es Madrid (siete horas, dándole), Barcelona (800 km, 80€ de peajes y 1.000 € de multas), Sevilla (no menos de seis horas y varios sustos) o hasta de la misma Valencia, que parece que está puerta con puerta, pero que no bajas de cinco horas sin jugarte la vida.

Podríamos hablar de la zona de Poniente, ya saben El Ejido, Roquetas, Aguadulce, Almerimar, pero ya de hacer semejante escapada, pues vamos a lo más profundo, al desierto puro y duro.

Hay dos campos, el Indiana Desert Springs, que como su propio nombre indica es una americanada, y el Valle del Este, también campo de desierto, pero de Almería (es un decir, claro, porque hablar de desierto cuando las calles están rodeadas de 1.200 chalets, no deja de ser una ironía).

Hago estas aclaraciones porque el Indiana parece un parque temático. El diseñador del campo, Peter McEvoy, no solo siguió religiosamente todas las especificaciones de la USGA (Asociación de Golf de los Estados Unidos), sino que buscó recrear aquellos campos que él conocía o creado en Arizona, y así lo sembró todo de cactus de esos que salen en las películas de Pancho Villa. Si se les aparece Lucky Luke, pónganse a la sombra porque es el primer síntoma de insolación seria, cuando se ve llegar los Dalton, ya puede ser demasiado tarde.

Una de las ventajas de esta Escapada es que los dos campos están en Vera, uno al norte de la villa y otro al sur, por lo que podemos saltar de uno a otro según nos venga en gana ya que damos por hecho que iremos en coche porque en esta Escapada es imprescindible moverse así (en periodo estival, como todo el mundo usa el coche y solo hay una carretera vertebral, aquello se pone intransitable, de modo que eviten esas épocas, que por otra parte son insoportables de calor porque en verano aquel desierto, a pesar del mar, es un torradero).

Obviamente proponemos el Valle de Este, no solo porque es más español, sino porque dispone de hotel en la propia urbanización, mientras que el Indiana, no.

La Escapada tiene mucho encanto porque no debemos contemplarla solo como Mojácar, sino como un conjunto muy peculiar de pueblos y playas que va desde la desembocadura del río Almanzora, hasta el límite del Parque natural de Cabo de Gata. En realidad Mojácar, Mojácar Playa, Garrucha y hasta casi Macenas están unidos por urbanizaciones, así que no es descabellado llamar a toda la zona así, aunque cada pueblo tiene su aquel.

Fábrica de Duro, Palomares, El Playazo, Puerto rey, Las marinas, La Garrucha, La Rumina, El Descargador, El Cantal, Cueva del Lobo, Castillo de Macenas, El Sombrerico, Las Granatillas, o incluso las de Carboneras, son playas que nos cautivarán, aunque la zona a que nos referimos debe limitarse, por el sur, donde la Sierra Cabrera alcanza la costa, en la playa de Castillo de Macenas, ya que de ahí hacia abajo son calitas, y el litoral, aunque de gran belleza, ya es abrupto (la carretera hasta cabo de gata es una pasada, pero se las trae).

Podemos elegirlas nudistas, puritanas, salvajes, urbanas, inmensas, diminutas, de arena blanca, dorada o negra. De todo vaya, porque ese carácter distante, ha propiciado que este sea el paraíso del nudismo, incluso en playas grandes y de fácil acceso. Hasta hay un hotel y camping naturistas en El Playazo.

También se puede hacer turismo de piedras, porque Vera fue una importante ciudad medieval, frontera entre el mundo musulmán y el cristiano hasta que Fernando El Católico la tomó en 1488 y no dejó títere con cabeza.

Y no digamos ya el propio Mojácar, una especie de fortaleza levantada sobre un cerro y que conserva toda la arquitectura morisca y hasta vestigios de cuando béticos y tarraconenses se molían a palos por controlar esta rica costa.

Garrucha fue antaño un importante puerto mercante por el embarque de plata, el hierro y el plomo, que llegó a contar con diez vicecónsules de otros tantos países, de ahí que en el siglo pasado se llamase la pequeña San Sebastián. Hoy, convertido en selva de apartamentos, mantiene esa condición urbana, casi capitalina, con tiendas, servicios, etc., y un histórico puerto pesquero, el más importante de la provincia, que surte de excelentes mariscos y pescados de la zona a los restaurantes locales. No perdonen las famosas gambas de La Garrucha, exquisitas, tanto como las de Denia o Palamós que ya les hemos descrito antes, e igualmente carísimas, entre otras cosas porque son las mismas.

En la misma playa de El Playazo, está La Pesquera, el más frecuentado en estos momentos por los gourmets locales, de modo que hay garantía, aunque el más afamado sigue siendo El Almejero, en el puerto. En ambos podrán probar esas delicias que el Mediterráneo sigue fabricando casi milagrosamente, a pesar de cómo lo maltratamos.

Pero el top de la zona es Terraza Carmona, en Vera, sobre todo si se quiere disfrutar de un buen vino, porque quizás sea el único establecimiento que cuente con una carta realmente esplendida y una bodega bien cuidada.

Con una cocina algo más exótica, por decirlo de alguna forma, está el Mamabel’s, todo un clásico que hay que visitar para  revivir aquel Mojácar mágico, colonizado en los años setenta por artistas e intelectuales y que hicieron de este pequeño y coqueto pueblo, un bastión del buen gusto, de la calidad de vida, y del esnobismo, en el buen sentido.

Es un poco coñazo entrar porque hay que dejar el coche extramuros y trepar por unas callejuelas en cuesta que dejan sin aliento, pero una vez dentro, ese aire moro, esas sombras, esas paredes encaladas, nos recompensarán del esfuerzo.

En realidad casi todo el mundo vive en lo que se conoce como Mojácar Playa, un entramado de urbanizaciones que se disputan los kilómetros y kilómetros de playas que ya hemos detallado.

Allí hay un nuevo garito que reúne a lo mejorcito de la zona, La Cava, un barín con buenas tapas y esmerado servicio del vino, lo que en estas zonas turísticas se agradece y de hecho está copado por los bon vivants locales, que no son pocos.

De los campos no se puede decir mucho más porque realmente sus encantos estás en el propio desierto. A partir de ahí ya se pueden imaginar la amplitud.

El hotel sigue la línea porque así lo exige el entorno. Un chalecito suizo aquí sería como un Cristo con pistolas.

A mi me sugiere aquellos antiguos fuertes militares tunecinos (recuerden Beau Geste) que rodeaban el Gran Erg (Sahara) reconvertidos en magníficos hoteles en los años noventa y que, cerrados sobre sí mismos para protegerse de la luz y el calor, albergaban en su interior una pequeña ciudad.

Tiene un magnífico Spa, salones, piscinas, cinco restaurantes, tres bares, incluso lo que llaman el Club de Playa, con lo que cuando “la caló” aprieta, pues uno puede disfrutar de otros placeres que sean el golf.

En próximas ediciones, si Dios quiere y la máquina está más rodada, les daremos información de una escapada más completa, porque habrá nuevos campos que ahora están a punto de abrir y en la zona de Poniente hay ofertas, como el de La Envía, igualmente interesantes (pueden planteársela por su cuenta echando un vistazo en http://www.laenviagolf.com , está a una hora de Mojácar, así que se puede combinar bien)

 
    
Comer
La Cava
Mojacar Playa (frente al Parque Comercial)
Almería
Tel.: 950472181
 
La Pesquera
Playa El Playazo
Garrucha Almería
Telf.: 950 460 560
 
El Almejero
Explanada del Puerto Garrucha Almería
Telf: 950 460 405
  
Mamabel’s
C/ Embajadores 5
 Mojácar, Almería
 Tel: 950 47 24 48
 
Terraza Carmona      
Manuel Giménez 1
Vera Almería
Tel: 950 39 07 60

 
 
Dormir

Valle del Este Golf Resort
Urb. Valle del Este. 
Vera - Almería
Tel: 950 54 86 00

 

 

 

Y Jugar

DESERT SPRINGS GOLF CLUB

 

C/ Baria s/n Edfi. Villasol, Villaricos
Cuevas Del Almanzora Almería
Telf.: 637 861 591
E-Mail.: desertsprings@almanzora.com
URL: http://www.mojacaronline.com/018E
  

VALLE DEL ESTE GOLF RESORT
AUTOVIA E-15 SALIDA 529 (04620) Vera

Tlf.: 950 39 87 43

   
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