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Vino de chirimoyas

Vino de chirimoyas
 
Vino de chirimoyas

Publicado en la revista PlanetaVino Nº 57, Octubre/Noviembre 2014
 

Este veranito ha sido una delicia para mí (y sobre todo para mi chica), un regalo del destino. No voy a entrar en detalles que pueden resultar íntimos y escatológicos, pero, grosso modo, les diré que el día de San Fermín, y no precisamente corriendo toros en Pamplona, me rompí un hombro ¡Porca miseria!

Como no podía escribir, ni cocinar, ni tan siquiera pasear por la playa, pues tuve que entretenerme leyendo las estupideces que mis compatriotas escriben en esas cosas que llaman redes sociales, y ¡válgame Dios! no pensé yo que este país estuviese tan podrido. Lo primero por la insultante incultura. El Estado ha invertido miles de millones en desasnar a nuestra población y ahora lo que mola es escribir en “apache”, y lo segundo, el alarmante porcentaje de cretinas y cretinos que viven colgados de estas nuevas formas sociales.
El caso es que cierto conocido bodeguero de la Ribera del Duero que suele usar el Facebook para anunciar sus vinos sin el menor recato (así ¿para qué va a colaborar con las revistas especializadas?), se rasgó las vestiduras porque un periódico de su tierra había publicado la noticia de que unos jóvenes estaban elaborando “Vino de zanahoria”, ¡anatema! porque todo el mundo sabe que el vino sólo puede ser de uvas.
Como es habitual, tras su comentario aparecieron los chicos de su claque pidiendo hoguera para tales infieles, yo incluido, claro, porque si bien soy de la opinión de que cada cosa debe llamarse por su nombre y sólo puede considerarse vino aquel procedente de la uva, pues hombre, tampoco me pareció tan sacrílego el hecho como para desenvainar los alfanjes, sobre todo sin antes haber probado ese brebaje, porque igual sabe rico.
¿Por qué no se enfundaron sus correajes cuando en España empezó a consumirse sake y se llamó “vino de arroz”?
Yo he visto vinos de frambuesas, arándanos, cerezas, ciruelas, naranja, granada, incluso de melón, que por cierto está muy rico.
Como suele ser habitual en todo lo concerniente a gastronomía, nuestra querida RAE no sólo no aporta luz, sino confusión, y así dice de vino: 1. m. Licor alcohólico que se hace del zumo de las uvas exprimido, y cocido naturalmente por la fermentación. 2. m. Zumo de otras plantas o frutos que se cuece y fermenta al modo del de las uvas.
¿Licor?. Pero si del licor dice: 1. m. Bebida espiritosa obtenida por destilación, maceración o mezcla de diversas sustancias, y compuesta de alcohol, agua, azúcar y esencias aromáticas variadas.
Y para rematar la faena, en la segunda acepción incluye la opción de “otras plantas o frutos”, de modo que, señores talibanes vallisoletanos, vayan ustedes guardando sus tizonas y buscando otras afrentas, porque aquí no ha habido ofensa alguna por lo que sus imprecaciones están fuera de lugar.
En realidad, a las bebidas fermentadas de frutas, debería llamárselas “sidra”, porque en hebreo la palabra šēkāt, origen de sidra, significa “bebida embriagadora” y por tanto se usaba de forma genérica. Es decir, cerveza para las bebidas obtenidas de grano, vino para la procedente de uva y sidra para el resto.
Pero no, porque como ahora la RAE cambia todo, pues nos dice que sidra es sólo aquella obtenida de las manzanas (los productores de sidra de peras de Cantabria no han debido leer el DRAE, y no digamos ya en Francia con su “poiré” (AOC), Inglaterra con su “Perry” (IGP) y Suecia con su celebrada “päroncider”). Escribe Lucas sobre el Anuncio del nacimiento de Juan el Bautista (1:15): “Porque él será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre.” ¡Menuda gracia le colgaron al pobre crío!
Aún respetando las antiguas formas en las que vino era únicamente la bebida obtenida del mosto, o sea de uvas, yo creo que la función del lenguaje es comunicarse, así que del mismo modo que decimos entrecot y nadie se ofende, pues hombre, si encima la RAE lo autoriza, pues traguemos con el vino de zanahorias.
Voy a preguntarle a mi amigo Julián Díaz Robledo como va la cosecha de chirimoyas, porque si tiene excedentes, me voy a marcar un vinito que van ustedes a alucinar. 

 

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