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Obesidad en España

Obesidad en ESpaña, conflicto social
 
Obesidad en ESpaña, conflicto social
Noviembre 2007
 

Tantas veces hemos hablado de este problema, que hasta le hemos dedicado una sección propia en nuestro apartado de artículos: Dietas y zarandajas y otra en el de recetas, con una dieta propia que hemos diseñado, no solo desde el más absoluto y estudiado equilibrio nutricional, si no desde el mayor conflicto que se nos plantea a la hora de ponernos a régimen, que es la planificación doméstica para poder cocinar todas esas cosas raras que nos ponen hoy los nutriólogos y que hemos bautizado como Dieta de la Cuchara.

Desde hace tres años y gracias a la guerra personal que declaró Jamie Oliver (su web no está en español, pero merece la pena echar un vistazo) a la comida basura, el gobierno británico ya ha tomado cartas en el asunto y está lanzando continuamente campañas de concienciación a la población para advertirles que esto es peor que una epidemia de peste, porque han calculado que si los niños que ahora tienen entre diez y quince años, ya están sufriendo enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión, etc. (lo que se denomina como Síndrome metabólico), propias de personas de más de cincuenta, en 2015 habrá tal cantidad de enfermos crónicos con incapacidad laboral, que la seguridad social se hundirá y el estado no podrá hacer frente a semejante pandemia.

El asunto es de tal gravedad que ya se valora la obesidad como un factor de muerte superior al cáncer y los accidentes de automóvil ¡Juntos!

Todos los comedores públicos, escuelas, universidades, ejercito, etc., deben ajustarse a las nuevas normativas alimentarias que dicta la OMS y hasta retirar las máquinas dispensadoras de snacs para que los jóvenes se ajusten a las dieta equilibrada.

¿Y en España? Como presumimos de Dieta Mediterránea, pues ya nos creemos a salvo, pero como nuestros niños comen tantas pizzas, hamburguesas y platos precocinados como los gringos, pues resulta que ya estamos por encima de la media europea y casi a nivel americano (hace dos años, en el VII congreso nacional de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) se hablaba ya de cifras similares, así que puede que ya las estemos superando).
¿Y qué hacen nuestras autoridades? Pues decir que van a pagar el cuidado dental de los niños para gastar el superávit del presupuesto del pasado año.

¿Se han acercado ustedes a los comedores de nuestras universidades para ver lo que dan de comer a nuestros hijos? Yo lo he hecho y les aseguro que pone los pelos de punta, porque hasta un chico bien educado que quiera comer sano, se verá imposibilitado porque todo lo que se le ofrece es auténtica basura, colesterol inmundo, bocatas de veneno, alimento para las placas de ateroma.

Hay un dato muy preocupante que desveló el Dr. Casimiro-Soriguer, jefe del servicio de endocrinología del hospital Carlos Haya de Málaga con motivo de la recepción del premio Fundación Uriach (el más prestigioso de España en ciencias de la Salud) por sus trabajos sobre la obesidad, y es que más de un 20% de los pacientes que acuden al médico por estos problemas, no solo no los solucionan, sino que engordan aún más. ¿Qué sucede? Pues el ilustre galeno lo ha bautizado con el humorístico nombre de “Cocacolarización”, donde engloba Donuts, pizzas, hamburguesas, Bollicaos, palomitas, snacks, etc.

¿Existe solución? Sí claro, lo que sucede es que, como explicó el filósofo Claudio Magris en unos debates organizados por la Fundación Príncipe de Asturias sobre el periodismo actual: “La verdad solamente aflora cuando no se necesita para nada”.

No es rentable. La prensa actual publica lo que los políticos, que son quienes subvencionan las empresas de comunicación, quieren leer y cuando algún periodista lanza mensajes de alerta como este, se le silencia, como sucedió hace algunos años con un servidor de ustedes en un periódico del grupo Vocento (puede ver el asunto en Culmen).

Desde este humilde medio intentamos dar la voz de alarma antes de que sea tarde, porque como podrán comprobar en nuestra Dieta de la Cuchara, el camino no es otro que comer sano, como siempre aconsejó nuestro brillante Dr. Grande Covían, pero si organismos como el FROM, con presupuestos vertiginosos, no solo no colaboran con quienes divulgamos información veráz, si no que hasta pretenden cobrarnos los catálogos que todos los españoles pagamos con nuestros impuestos (intentamos acceder al Catálogo de especies pesqueras y nos respondieron que la descarga costaba 24€), pues apaga y vamonos, porque queda más mono anunciarse en el Hola, donde publican recetas de “Cocacolarización”, recuperadas de publicaciones gringas a precio de saldo.

Quizás el método sea lloriquear al funcionario de turno una subvención, un anuncio, una limosna, pero, aunque sea estúpido e intemporal, todavía hay quién ejerce esta profesión con cierta dignidad y nosotros no mendigamos, exigimos, aunque no nos hagan ni puñetero caso.

Esto no es un problema de gobiernos, porque ya sabemos que los políticos bastante tienen con hacer payasadas ante las cámaras descalificándose unos a otros para justificar sus pingües salarios, es un problema de Estado, así que intentaremos hacer llegar este artículo al Rey. Ya que dicen que se ha puesto a currar, pues a ver si hay suerte y nos lee.

Escrito por el (actualizado: 27/08/2015)